Desde que los modelos de Carlos Lacalle aparecieron en el mercado hasta ahora han pasado 20 años. Nos lo recuerda el sello conmemorativo que acompaña la caja del nuevo coche de este excelente artesano del latón. Los que le conocemos, posiblemente estamos acostumbrados a estas exquisiteces que nos presenta sucesivamente y ya no sabemos con qué nos va a sorprender en el siguiente modelo.
El actual es la recreación de un coche de Andaluces del que yo no he sido todavía capaz de decidir si era mejor haberlo dejado en latón o pintarlo, porque ya me pareció una joya de orfebrería en las fotos que cuelga en su página web. Para los que no tengáis la fortuna de poseer uno, os dejo aquí unas modestas tomas que no le hacen justicia.
Las barandillas exteriores, el cuidado interior, o la timonería, que solo puede verse dando la vuelta al coche, son solamente algunos de los detalles que hacen, en mi opinión, de Miniaturas Lacalle la referencia en el trabajo del modelismo en latón en España. Me quedo con los estribos laterales que me parecen insuperables con la barra posterior al aire. Una maravilla.
Es una lástima no poder separar el techo y descubrir el trabajo del interior en toda su perfección y saborear los detalles de asientos, maleteros, puerta y paneles. Es obligatoria la linterna y la lupa.
Alguno dirá aquello de "debía estar prohibido un tipo así", pero sin este tipo yo no sería tan feliz.
En fin señor Lacalle, muchas gracias por hacernos felices durante estos veinte años y que cumplas muchos más. Para tu satisfacción y la nuestra.
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