RENOVAR O MORIR

Llevo un cierto tiempo renovando el aspecto de mi maqueta de la DRG en aquellas zonas en las que posible hacerlo. Nuevas plantas, hierbas y otros retoques que ayudan a modernizar el aspecto externo. Hacia el final de la estación oculta se accede a una zona de cruzamiento en donde están habilitados un depósito para locomotoras eléctricas y unas vías de almacenamiento de coches y composiciones.

El depósito de las locomotoras eléctricas me parecía ahora, tras la construcción del RAW de Steinberg, un poco cutre, un modelo de Kibri, y decidí aprovechar las modificaciones en el piso inferior para poder reacondicionar toda la zona. Finalmente me decidí por tirar el existente de plástico y diseñar un nuevo depósito más acorde arquitectonicamente con el RAW.  Estas son las primeras fotos de este nuevo trabajo.


El edificio tiene unas dimensiones de 600mm. de largo por 220mm. de ancho y 140mm. de alto. Puede dar cabida a tres vías y esta construido sobre una plataforma de dos láminas de PVC espumado con un entramado de costillas del mismo material. El material como siempre es un sintético al corte láser. Los cristales son de lámina de plástico transparente y la techumbre es de PVC de  3mm. de espesor.


La documentación de que dispongo de este tipo de edificios en la época II es mínima. Las locomotoras a vapor seguían siendo prioritarias, lo poco que existe de eléctricas se refiere más a fábricas que a talleres de mantenimiento. Aún así hay que considerar que se debía proceder a inspeccionar las líneas del techo de las locomotoras y cambiar elementos gastados de los pantógrafos como mínimo. Las condiciones de seguridad para llevar a cabo estas inspecciones no eran como las de ahora, utilizando escaleras manuales en muchos casos. No me he podido resistir a incluir una plataforma de revisión elevada dentro del foso de visita.

También he incluido un puente móvil entre pilares para el trasiego de material pesado. Lo he situado próximo a la entrada de vehículos, al final del depósito. Está todavía sin los polipastos y demás piecería. He completado esta zona con una oficina elevada para así poder disponer de un espacio de taller bajo ella.

Una cuestión que me preocupaba era la visualización del conjunto una vez instalado en su lugar. La zona está situada en el piso inferior. La modificación de las bocas de los túneles por medio de un retranqueo de los muros que los limitaban me ha permitido crear un espacio más amplio al que había que dotarle de un nuevo fondo. No he creído conveniente volver a colocar muros de hormigón optando por un paisaje arbolado que ampliara el horizonte. 

En el caso del depósito, el fondo está separado del lado interior. He dejado una distancia de 100mm. para poder incorporar unas plantas y terreno que sirve de continuidad hacia el fondo. Si el fondo se queda pegado a las ventanas no da sensación de distancia, que era una de las cosas que me interesaba crear ya que al estar situado el módulo en el piso inferior debe justificarse la creación de ese espacio para dar verosimilitud al conjunto.


Aprovechando la zona de entrecruzamiento entre el circuito principal y una nueva salida hacia el RAW he ido eliminando muros de hormigón sustituyéndolos, en la medida de lo posible, por arboledas que se complementarán con plantas bajas y árboles para dar impresión de profundidad. No podrán desaparecer todos, pero con una iluminación adecuada y algunos elementos más como una nueva caseta de señales, el aspecto de la zona mejora bastante como ya he podido comprobar en estas pruebas preliminares.  


Una primera fase de trabajos en marcha. Como decía, renovarse o morir. Hay que seguir avanzando.

CONVERSACIONES EN LA ESTACIÓN. (I)

ENTRE EL ARTE CONCEPTUAL Y LA HIPERREALIDAD. 

Muchas de mis aficiones las comparto con Lele Contino, esa especie de alter ego que me acompaña, aunque no siempre estemos de acuerdo en todo y cada uno tenga sus opiniones particulares. Me ha parecido oportuno darle un nuevo giro al blog introduciendo conversaciones con distintos amigos. Ofrecer otra perspectiva sobre temas relacionados con el modelismo ferroviario en sus diferentes opciones. Comienzo con el que tengo más próximo que, como no podía ser de otra manera es Lele y que, posiblemente, será el que más aparezca en estas entradas. Permitidme que os cuente una conversación que hemos mantenido. 

En este aparente (¿y definitivo?) final de la pandemia y con la posibilidad de volver a reencontrar nuestros lugares comunes, hemos decidido tomar café (la edad nos pasa factura y ya quedan muy lejos las noches y amaneceres con líquidos más sugerentes) en algunas de nuestras estaciones míticas y charlar sobre el modelismo, que es lo que más nos gusta. Comenzamos debatiendo cúal debería ser la primera estación que deberíamos volver a visitar para dar un cierto empaque a este nuevo apartado.

Casi todas las estaciones de ferrocarril han sucumbido a la modernización que la sociedad actual demanda, llenando de tiendas, rampas y ascensores, los pasillos y escaleras que antes se utilizaban para circular. 

Los cafés de las estaciones ya no son lo que eran,  encontrar uno agradable para divagar cómodamente sentado es tarea algo difícil. Lejos quedan aquellos años en que entrar en uno de estos cafés era penetrar en un remanso de tranquilidad y sosiego donde reponer el cuerpo. Allí se podía comprobar horarios, consultar Guías y esperar los enlaces correspondientes, atendidos por unos camareros agradables y sin que nadie hiciese foto tras foto con el móvil.

Partiendo de estas premisas se puede entender que no nos va a resultar fácil encontrar el lugar adecuado. Asumimos que algunas de estas conversaciones deberemos realizarlas en cafés próximos a las estaciones para que no nos importunen con selfies, maletas, carros, bicicletas, procesiones de infantes, colegiales adolescentes, grupos tumultuosos de la tercera edad, turistas occidentales accidentados y orientales desorientados, colectivos de toda índole, voluntarios recogefirmas, movilógrafos de paso acelerado  y otros varios. (Un movilógrafo es un individuo provisto de móvil que va filmando o haciendo fotos sin dejar de andar).

Decididos pues a dar un impulso a esta nueva idea, parecía lo más oportuno formalizar nuestro primer debate en el marco de una estación belga. ¿Qué otro lugar se podría elegir más institucional? De las estaciones belgas, Amberes. Esta es una estación conocida por aparecer en películas, series y fotografías dada la arquitectura muy particular que aún mantiene. Todavía dispone de un café medianamente tranquilo en el que se intuye el viejo esplendor.

TM: -Quería comenzar esta serie de charlas en una estación que sin ser de las más famosas tuviera todavía una cierta dosis de encanto. ¿Qué te parece?

LC: -Pensaba que empezaríamos en París o en Milán. Me parece bien, un guiño europeísta. ¿No?

TM: -No. Es que de aquí me voy a Aix la Chapelle a comprar una locomotora. Me sale el billete gratis. Pero empecemos. Posiblemente durante estos meses de encierro hemos visto más maquetas ferroviarias que nunca, ¿no crees? 

LC:-¿A Aachen? estás fatal. Sí, gracias a YouTube, pero buenas, buenas, pocas. Aunque si es cierto que he notado una cierta tendencia a incorporar el paisaje de forma más acertada. El aumento de productos comerciales fáciles de colocar: plantas, flores, hierba, no cabe duda que ayuda a dar un toque más realista a muchas maquetas. Unido a edificios con menos aspecto de plástico, contribuye a dar una mayor intención de autenticidad a la hora de reproducir espacios. 

TM:-Efectivamente, parece que, aunque lentamente, se ha ido entendiendo que el modelismo de atmósfera es algo imprescindible en una maqueta. Otra cuestión es qué entiende cada uno por modelismo de atmósfera. Lo que quiero proponerte es otra cosa. He pensado algo que nos pudiera resultar interesante debatir. El arte conceptual frente a la hiperrealidad en las maquetas, ¿que te parece?

LC:- Un poco duro para empezar una serie de conversaciones. Pero me parece curioso. Vas a defender la hiperrealidad, supongo.

TM:- Al contrario. Te voy a sorprender defendiendo el arte conceptual. Los orígenes del modelismo. ¿Cómo jugábamos con los trenes cuando éramos niños? Tendiendo las vías en el suelo. Los túneles discurrían por debajo de los sillones, los ríos eran las cenefas que rodeaban las habitaciones y solamente disponíamos de tres o cuatro elementos básicos: estación, paso a nivel, puente o túnel, semáforo, como únicos referentes constructivos. Todo lo demás nos lo imaginábamos. Pero lo esencial, las vías, los trenes, sí eran reales. Estaban ahí, el único motivo verdadero. Puro arte conceptual.

LC:-De acuerdo, te lo voy a aceptar. Pero no se te puede olvidar que en cuanto fue posible lo primero que hicimos todos fue crear un espacio paisajístico en donde encajar esos túneles, ríos, estaciones, en un tablero. Desde aquellas maquetas esquemáticas de los manuales de los fabricantes, hasta las modernas reproducciones de lugares concretos, esas que nosotros llamamos hiperrealistas, han pasado casi cuarenta años para hacerlas llegar al gran público. Y aún así, no es el tipo habitual para la mayoría de los aficionados, que no utilizan sus maquetas con un concepto de explotación sino como un entretenimiento. Una forma de seguir jugando con el tren eléctrico más sofisticada, pero juego al fin y al cabo. Me resulta curioso que tú, que tanto defiendes el modelismo de atmósfera, ahora me vengas con el conceptualismo.

TM:- No tienen porque ser antagónicos. Te pongo un ejemplo. Piensa en una maqueta en donde todo el paisaje sea blanco, los edificios que están perfectamente representados a escala también, lo único con color es la vía y los trenes. Lo fundamental. Lo demás es simplemente el decorado que acompaña. Si eliminamos los colores del decorado observamos el objeto elegido en su máxima expresión. Es como una vuelta a esos circuitos de nuestra infancia que te comentaba antes. Si, además, optas por descomponer en formas geométricas todo aquello que no sean edificios o elementos urbanos, el suelo podría quedar representado por planos acotados, los árboles y las plantas por composiciones geométricas que los representaran. Ni siquiera esto que te propongo es nuevo. Se pueden encontrar cientos de maquetas arquitectónicas construidas de esta manera, porque en ellas, como en las nuestras, lo único importante es el objeto que se presenta, resultando todo lo demás accesorio, pero necesario, para cuantificar la magnitud de lo expuesto.

LC:-Eso me recuerda aquella fotografía que titulaste Nieve, o algo así, donde aparecía un tren sobre un decorado blanco.

TM:- Bueno, aquello era otra cosa. Se trataba de jugar con el fondo de la fotografía sin más. Esto es distinto, es asumir las vías y los trenes como los únicos elementos destacables en las maquetas. La esencia misma del asunto. Miras y ¿qué ves? Las vías. Los trenes desplazarse. ¿No es lo que quieres ver? El resto está conceptualizado. ¿Hay estación? ¿Hay almacenes, andenes, pasos a nivel, semáforos, farolas? ¿Hay de todo lo que quieras colocar? Si quieres lo hay. Neutro. Blanco. ¿Quieres destacar un elemento en concreto?  Puedes hacerlo.

LC:- Si admites que puedes destacar un elemento, deberás acabar admitiendo que puedes destacar todos. Con lo que volveríamos a las maquetas de siempre, más o menos realistas. Incluso estoy dispuesto a admitir que hay una concepción realista del modelismo que ya es un exceso porque, al contrario que en tu propuesta, en muchas maquetas se da más prioridad a un paisaje relleno con temas anecdóticos, tipo ferias, que con sabor ferroviario. Todas esas cosas que venden y encantan a niños y mayores. La playa con los bañistas, los bomberos, el Tour de Francia y tantas cosas más. El equilibrio entre continente y contenido que se precisa para hacer que una maqueta parezca real, como sabemos, es muy difícil de lograr y escaso de encontrar.

TM:- Cuando te digo lo de destacar, tampoco se trata de que todo sea blanco. Todos los elementos ferroviarios necesarios para una explotación correcta pueden tener color. Se trata más bien de diferenciar lo imprescindible de lo accesorio.  Estoy de acuerdo contigo en que existe un exceso de escenas no ferroviarias en muchas maquetas. Tampoco se trata de que todas las maquetas sean realistas o hiperrealistas. El hiperrealismo siempre lo he visto más adecuado para los dioramas que para las maquetas funcionales. Otra cuestión es la reproducción muy aproximada de paisajes o entornos concretos en esas enormes maquetas de exhibición. Pero cada una tiene su público, aunque no se ajusten a nuestro concepto estético más acorde con esas buenas maquetas inglesas, francesas, belgas, alemanas, italianas, hasta alguna polaca. Las americanas ni nombrarlas, es otro mundo. Tenemos que hablar de esas en otro momento. De los buenos modelistas también.

LC:- Ah, sí. También ahí deberíamos diferenciar a las construidas por profesionales o por aficionados. Porque no es lo mismo disponer de un equipo de trabajo profesional con el utillaje e instalaciones precisos, que ser un señor que lo hace todo por sí mismo en su casa. Aunque tenga un espacio y unos medios adecuados. Hay una diferencia enorme.

TM:- Claro. Para mí el mérito que presenta una maqueta corresponde al conjunto completo desde la planificación hasta su funcionamiento en explotación. Que de alguna manera, al verla, te haga interesarte por la historia completa de su creación. El porqué, el cómo y el para qué. Desde la elección del motivo a la del material. Esa sensación que te sumerge en la maqueta. Es cuando llegas a apreciar su calidad de una manera absoluta y a valorar la capacidad artística del maquetista. Su sensibilidad, esa sensación de empatía que trasciende cuando la observas. Algo que también podría reconocerse en una maqueta conceptual.  

LC:- ¿Quieres hacer una maqueta conceptual?. La hacemos. No tendrás éxito, será única, porque los fabricantes seguirán con sus productos coloreados, los aficionados también y, como mucho, podrás encontrar a algún desesperado que te siga, incapaz de dar tres brochazos sin ponerlo todo perdido, para el que serás un maestro. Un experimento conceptual a estas alturas de la vida, Villefranche la Blanche ¿podría ser? Je, je, je.

TM:- No digo que la montemos, tenemos muchas cosas pendientes para meternos en una maqueta nueva. Es un intercambio de ideas, una propuesta, algo diferente para variar, que no sea siempre hablar de escalas, calcas, pestañas, reproducciones de modelos, etc, etc. Surrealista, como corresponde a mi querido Magritte, belga como esta estación. Por cierto, la obra de Magritte se clasificó como realismo mágico. ¿Como clasificarías tú mi propuesta? ¿Ves una aproximación, una influencia? Qu'est ce que je sois?

LC:- Ah, caro amico. Bellissimo. De realismo variabile riprese al bianco. No sé lo que te diría Magritte, pero yo podría definirlo como la superposición de la cáscara del huevo cósmico sobre un paisaje nocturno viajando en coche camas. Ja, ja, ja.

TM:-Muy gracioso. Olvidemos el surrealismo pues. Volvamos a la realidad.  Paga los cafés y vámonos que perdemos el tren.

UNA ESTACIÓN DE PASO. REICHESHEILM (I)

Las estaciones de paso son las más habituales en el modelismo ferroviario. La mayoría de las maquetas tienen un desarrollo en óvalo más o menos estirado, retorcido o doblado. No es, pues, de extrañar que las estaciones que mas se ajustan a esos trazados sean las de paso. En mi caso, aunque prefiera las estaciones término, también era necesario disponer de una estación de paso en la maqueta de la DRG. Esta estación me permitiría enlazar el tráfico ferroviario con origen y destino en Oberbaumbach con el de paso por la vía principal, enlazando de esta manera las tres estaciones, Steinberg, Reichesheilm y Oberbaumbach.

Como dispongo de bastante documentación sobre estaciones alemanas de la DRG, con ideas de unas y otras, me inventé, como de costumbre, una población tomando el edificio de viajeros de Reichesheilm como punto de partida porque me pareció interesante. No ocupa demasiado espacio, tiene anejo un pequeño almacén y posibilidades de crecimiento con edificios del estilo. Cuando diseño una estación me gusta imaginarme la zona, la población, las industrias locales, porque todas estas cosas me permiten idear una serie de tráficos que deberán tener cabida en la actividad cotidiana de la estación. Seguramente es un tema para desarrollar en una entrada de Idas y Venidas más adelante.

En este caso la concreción del espacio daba lugar a montar una estación de bastante longitud, no excesivamente ancha. Necesitaba una zona de montaña para cubrir las curvas de enlace y quedaba espacio podía disponer de una de mis clásicas eses alargadas con un puente sobre una torrentera.

Debía imaginarme cómo habría sido la estación original al construir la línea para justificar el desarrollo de ampliación posible en 1936, cuando toda la línea ya estaba en vía doble y en fase de electrificación. Con dos esquemas muy elementales se solucionaba este asunto. Ya podía hacerme una idea concreta de las actividades a desarrollar en función de la disponibilidad de las vías y la correspondencia con la línea de Oberbaumbach. Ahora había que incluir todo eso en el espacio disponible, hacerlo compatible con los movimientos de los convoyes que llegaban desde Oberbaumbach, la estación término de Steinberg y el  resto de las estaciones que componían la línea.


Era necesario que cupiese un tren completo en los andenes centrales para poder sobrepasarlo sin tener que hacer maniobras. La vía 1 más próxima al edificio de la estación recibe el tráfico desde Oberbaumbach y por ella también pasan los trenes mercantes que cargan en los andenes. También es vía de sobrepaso de la vía principal en dirección Steinberg, por lo que se debe tener presente el nivel de ocupación de la misma en el gráfico de movimientos de la línea principal. Cuenta con dos vías de talón una a cada lado. La de la izquierda, permite las maniobras de carga y descarga en los andenes y la espera del tren de regreso a Oberbaumbach. La misión de la vía situada a la derecha es de reserva y apoyo de maniobras en dirección Steinberg.

Como puede observarse en el esquema del año 1936, un tren procedente de cualquier estación de la línea con destino Steinberg, entrando por la derecha, solamente podría sobrepasar a otro parado en la estación por la vía 1. Esto originaría un cierto problema, en alguna circunstancia especial, como es el caso de los trenes rápidos o muy rápidos, los SVT, con prioridad de paso. Para facilitar los sobrepasos, por necesidades derivadas de ocupación de la vía 1 en determinadas horas, se permite a estos trenes circular en sentido inverso entre Reichesheilm y el puesto de control del BW de Steinberg. Una variante en la circulación habitual que le da más morbo al manejo del CTC de la línea, teniendo en cuenta que la maqueta es analógica.
La estación dispone de una longitud entre puntas de 4000 mm. La longitud máxima de los andenes admite trenes de 1700 mm. de largo sin tener que hacer ningún tipo de maniobras para el sobrepaso. Esta longitud me parece suficiente para la mayoría de las composiciones de viajeros de la época II que puedan tener parada en la estación. Hay que pensar que los grandes expresos o rápidos no tienen parada aquí.


Dejo para una próxima entrada el diseño de las vías de maniobra y la zona del cocherón. Los  movimientos posibles requieren una comunicación fluida con todas las vías para facilitar las maniobras, los cambios de locomotora o las recargas de combustible y agua. 

IDAS Y VUELTAS: LA PÁTINA DEL MATERIAL RODANTE

Que el material rodante envejece es algo obvio. Hasta hace relativamente poco tiempo los fabricantes vendían el material impoluto, como es lógico, recién salido de fábrica. Esta costumbre se está alterando por el deseo de muchos aficionados de ver sus modelos con un aspecto más próximo al real, menos brillante y con algunas señales de uso. Esta decoración de los modelos es lo que llamamos patinado.

El problema que presenta esta decoración es que no puede hacerse en serie, en fábrica. Se requiere de la mano de un especialista que, con mejor o peor criterio, ensucie los modelos dándoles el aspecto de usados. Si la demanda es alta, la producción artesanal se reconvierte en una producción semi fabril incorporando medios materiales (¡Ay, el aerógrafo socializador!) que permiten acelerar el proceso. En algunos casos, de la habilidad del autor y de la valoración económica de la empresa fabricante depende el resultado final, que no siempre es el acertado. Con independencia de esto, el número de modelos que no están patinados es altísimo y los aficionados tendemos a patinarlos por nuestra cuenta como mejor sabemos. En esta búsqueda de aprendizaje de técnicas de patinado incluso hay quien me ha consultado a mí que, como no soy un experto, no me he atrevido ayudarle. Espero que lo entienda.

Existen vídeos en YouTube sobre el patinado de modelos realizados por personas que llevan tiempo dedicados a estos menesteres sobre toda clase de reproducciones militares, arquitectónicas, figurinistas o de cualquier otra índole. Ofrecen trucos, consejos, enseñan técnicas, etc. En mi opinión, muy pocos son capaces de reproducir con exactitud el patinado ferroviario. ¿Por qué sucede esto?

El material militar sufre un desgaste, una erosión y unos desperfectos que no son los de unos coches y vagones que no se maltratan por sistema. Las técnicas para pinturas de camuflaje no son aplicables en nuestro caso, ni la oxidación excesiva, ni el embarrado. Nada de eso cabe en un coche de ferrocarril. No se trata de pintar una figura, ni un avión o un barco. Tampoco es el tipo de pátina que se debe dar a edificios o construcciones, porque en estos casos influyen numerosos factores, como el tipo de materiales a imitar, incluido el deterioro debido al grado de mantenimiento de los mismos. Lo único que se me ocurre similar sería patinar automóviles. Y no es frecuente encontrar automóviles de colección patinados.

Estamos hablando de materiales normales, cotidianos, chapa, pintura metálica, lonas, maderas tratadas, hierro, acero... Materiales, en fin, que se ensucian con el uso diario, como nuestro coche. Que se limpian, no diariamente pero sí habitualmente, como nuestro coche. Que se repasa en un taller, como nuestro coche. Por tanto, si su coche no está oxidado, ni con los faros rotos, ni tiene habitualmente el parabrisas sucio o los bajos embarrados y grasientos, si no está machacado a arañazos y además duerme en la calle, tiene usted un ejemplo perfecto de hasta dónde y cómo puede ensuciar un coche de viajeros ferroviario. Se trata simplemente de quitar el brillo plástico muy sutilmente. Inténtelo con aguadas sucias. Elimine lo que considere que sobra. Valore que estos coches se repasaban a diario tras hacer el recorrido. Suciedad de uso, suciedad de paso, polvo, poco más. La lluvia mezclada con el polvo del recorrido es lo más sucio que se debería encontrar en un coche de viajeros.

Las locomotoras deben tener un tratamiento diferente. Las de vapor estaban muy bien conservadas en líneas generales, aunque no todos los depósitos fueran iguales. Eso no significa que las bielas estén oxidadas, las parrillas calcinadas, o que suelten chorros de calcificación por las tuberías. Deben existir piezas engrasadas, mezcladas con la carbonilla lógica, alguna mancha de fuel, la suciedad residual del toqueteo de algo que siempre está en contacto con carbón, grasa, fuel, etc. Esas locomotoras amarronadas por el óxido solamente se han visto así cuando estaban condenadas al soplete. Aunque se desconozca, o no lo parezca, se estaban limpiando habitualmente. Unas piezas que giran, un eje que entra y sale, no pueden hacerlo si están oxidadas.

Las locomotoras eléctricas deben tener un tratamiento diferente en función del modelo. En la parte superior de techos y capots debe acumularse el polvo en mayor cantidad. Deben quedar algunos rastros debidos a condiciones meteorológicas como lluvia mezclada con el polvo en rincones y zonas de escaso acceso. Los pantógrafos también deben ensuciarse, así como los faldones de los frontales disminuyendo la intensidad de abajo hacia arriba. El resto de la carrocería como los coches de viajeros exceptuando algún punto concreto, escalerillas, peldaños. Los bogies con el polvo del camino, algo marcados algunos elementos metálicos y limpios los puntos de control.

Las locomotoras diesel tendrán una pátina parecida a las eléctricas, sustituyendo el tipo de suciedad en el techo por la debida a los escapes del motor. Residuos de humo con difuminados en esas zonas, lavados de suciedad, son recomendables para los techos y laterales. Los frontales lo mismo que las eléctricas. ¿Algún resto de fuel en las bocas de los depósitos? ¿Su coche chorrea cuando le pone gasolina? Alguna vez puede ser. Poco más. 

Los vagones admiten múltiples posibilidades en función del tipo de carga. Hay que ver cúal es el modelo, para qué se usa, por dónde circula, etc. Se debe tener en cuenta que las maderas, chapas, refuerzos, bastidores, están pensados para que aguanten las cargas para las que están destinados. A no ser que surjan problemas durante el viaje, no es normal utilizar vagones defectuosos o en malas condiciones. Todos esos envejecidos extremos de maderas rotas o al descubierto en techos, laterales o testeros solo valen para material en estado de abandono. Un detalle para una vía muerta. Al igual que en los coches eliminaremos el brillo plástico en techo, caja y bastidor, aplicando una aguada en función de su carga. Suciedad sutil. Se debe procurar no patinar de forma uniforme los coches y vagones para que al formar una composición se vean diferentes. 


 En épocas recientes el mantenimiento del material ferroviario ha sufrido el acoso de los grafiteros, la falta de personal y la reducción de costes con lo que ello conlleva de pérdida de calidad. Determinado tipo de material está en peores condiciones que antiguamente por las razones anteriores, por haber llegado a la fase final de amortización u otras que ya se me escapan, con lo que algunas de estas recomendaciones pueden verse afectadas de forma más intensa. Pero, en líneas generales, estas suciedades sí son aplicables a los modelos que circulan habitualmente en la actualidad.

¿Cómo hacerlo? La gran pregunta. Pinceles, pinturas, esponjas, algodones, palillos, lijas, papel, tela, infinitos elementos para poder trabajar. ¿Pinceles, aerógrafos? Cada uno de nosotros es un  mundo. Hay que probar y ver en qué se tiene habilidad y qué queda bien. Y, a partir de ahí, cada uno a lo que quiera. En internet hay miles de patinados horrorosos que tienen miles de seguidores porque en gustos no hay nada escrito.

Creo conveniente ensuciar y limpiar. Poner y quitar. Marcar algún punto concreto y dejar una película muy fina de forma general. Ensuciar con algo más de intensidad bajos, bogies y faldones. Tener en cuenta el color del balasto a la hora de trabajar en los bajos. Deformar bordes y/o paredes de vagones de carga para material a granel duro como carbón, piedra, mineral, escorias, chatarra, etc. con pequeños retoques pertinentes y muy concretos. Atender, más que a la edad del material, a la fecha de la última revisión. Ésta nos orientará sobre cuanto se puede haber degradado la pintura. Fiarse más de la realidad cotidiana que de las fotografías

Yo sé que hay un señor en Inglaterra que hace una mezcla de pintura para patinar locomotoras de vapor que convierte a una birria de plástico en una joya del acero. Pero no dice cómo lo hace. 

En Alemania hay un señor que ensucia los modelos como no he visto a nadie hacerlo. Tan real que parece imposible. Pero no dice cómo lo hace. 

Ningún artista excepcional explica detalladamente cómo desarrolla su arte. Posiblemente porque es algo tan natural para él que ni sabría como contarlo. 

Las habilidades no son de todos, algunas de muy pocos. Conformémonos, practiquemos, observemos la realidad, pongamos manos a la obra con paciencia y, seguramente, alguna vez haremos algo que esté bien. Mientras tanto habremos ido aprendiendo y divirtiéndonos simultáneamente. Algo que no está al alcance de todo el mundo.

NOTA INFORMATIVA. He puesto las fotografías de mis patinados, no porque piense que están bien, sino porque no quiero molestar a nadie poniendo ejemplos de los que, en mi opinión, están mal. Prefiero dar una satisfacción a todos los que quieran criticarme. Los haré felices y a mí me da igual.