MENOS QUE UNA MAQUETA, MÁS QUE UN DIORAMA (5)

RAW WITTENBERG. EL INTERIOR.

De los tres módulos que consta la maqueta, el primero empezando por la izquierda está ya casi acabado. Éste casi es porque siempre se añade alguna cosa más que en principio no estaba prevista. Ese toqueteo que acaba entreteniéndonos casi tanto como cuando partimos de cero.

Todo este trabajo comenzó por el capricho de copiar la foto del Raw original con los automotores tipo Köln que siempre me había gustado contemplar. El resto es un mero acompañamiento imaginario a esta escena que me ha servido de excusa para disponer de un espacio dedicado a mis automotores de la DRG.

Si la fachada del edificio me ha dado una cierta satisfacción diseñarla y construirla, el interior una vez casi terminado me ha producido una grata sorpresa al comprobar que, con las diferencias lógicas de intentar  una reproducción a escala H0 partiendo de medidas a ojo sobre una fotografía de 1930, se parece bastante a la realidad. Desde luego hay cosas mejorables, pero en las dimensiones en la que me he movido, con un ancho de 40 cm. teniendo en cuenta la perspectiva en que se va a poder observar y aplicando luz cenital, pues para ser  mi primer proyecto de construcción integral no me parece excesivamente defectuoso.

Ahora queda seguir con el segundo módulo, que no es nada complicado, para poder llegar al tercero en donde volverán las sorpresas constructivas. 

En cualquier caso, quiero aprovechar la ocasión para agradecer a ese par de amigos que me animan a hacer estas barbaridades su apoyo entusiasta. Y cómo no, a Lele Contino que me ayuda en mis proyectos vaciando mi bodega y mi despensa entre reflexiones y propuestas de todo tipo. La vida en la BAP (Burbuja Asintomática Pandémica) sería mucho más difícil sin su compañía.

LO IMPRESCINDIBLE

A principios de los años 70 del siglo pasado tuve ocasión de leer en LocoRevue un artículo sobre un modelista que había desarrollado una maqueta de módulos a lo largo de su casa. El tema era la vía estrecha y el asunto que más le preocupaba era la concepción del paisaje y la veracidad de la instalación y la explotación. No necesitaba grandes cantidades de material, pero sí era importante su calidad. Con unos anchos de plataforma muy pequeños, gracias a una excelente reproducción del paisaje, aquellos pequeños trenecillos correteaban por casi toda su casa con una veracidad extraordinaria.

En aquellos momentos yo comenzaba, ya en serio, mi colección de material alemán y, en cierta medida, me resultaba difícil entender que se contentara con tan poco. Cincuenta años después, le comprendo perfectamente.

Lo culturalmente deseable es que, con el paso del tiempo, las personas aprendamos y mejoremos nuestras capacidades intelectuales y cognoscitivas, no siempre es así desgraciadamente, para poder llegar aun mayor nivel de conocimiento, sensibilidad y por ende, cultura. El modelismo ferroviario, como cualquier otra actividad humana, se rige por esos mismos criterios con independencia que, repito, como en cualquier otra actividad humana, cada uno llega hasta donde quiere o puede, lo que da origen a múltiples interpretaciones del concepto más o menos alejadas de su realidad intrínseca, que no es otra que la ya definida como reproducción de la realidad a escala. 


Posiblemente tenga ahora la edad de aquel señor que se sentía feliz con su pequeña maqueta modular. Nunca he pretendido tener todas las locomotoras ni de la DRG, ni de la Renfe, ni de nada, porque me parece absurdo. La saturación de modelos en las maquetas no me provoca ninguna sensación diferente del hastío, me parece más interesante utilizar únicamente lo verdaderamente auténtico, lo imprescindible, algo que he ido aprendiendo con los años.

Así que en una nueva y penúltima reconversión he dado por cerrados estos años de Renfe, guardando el parque en cajones o distribuyéndolo por las vitrinas, para poder disfrutar de una nueva readaptación de mi afición que iré realizando tranquilamente mientras el cuerpo aguante.

La intención de disponer de una maqueta francesa me viene de lejos. La facilidad que existe actualmente de disponer de material de calidad a un precio razonable me anima, aún más, a construir un pequeño rincón francés entre mis maquetas con la única condición de mantener la calidad sobre la cantidad. Algo relativamente fácil si consideramos que las preciosas Cul de bateau 141TA del macizo central me encantan y tanto Modelbex como Hornby-Jouef las han reproducido, cada marca a su estilo, con acierto.


Para este proceso no serán necesarias más de seis o siete locomotoras, tres automotores, veinte coches y unos treinta vagones. Los andenes estarán casi permanentemente vacíos, los horarios se cumplirán rigurosamente y los viajeros y las cargas se transportaran acordes a su imaginaria necesidad de movilidad, recepción y entrega. Pero, ¿cómo hacerlo?¿Una nueva maqueta? No, demasiadas maquetas simultáneas. Hay que tomar otro camino. J'irai à la conversion tolérante de la francisation avec patience et temps.

La aparentemente surrealista y Daliniana transformación de la española Estación de Villafranca en la francesa de Villefranche, pequeña población ficticia del Macizo Central, en la ruta de los trenes de las aguas y en la transversal Burdeaux - Lyon, me permitirá poder disfrutar de las composiciones reales propias de la zona, con modelos comerciales de buena calidad y ajustados a la zona elegida. La suave lluvia francesa regará la verde campiña, tan  diferente a la áspera sequedad del erial español. Sutil y feliz diferencia.


La sobria arquitectura española será sustituida por el encanto de las construcciones francesas. El café de la gare, las casas con jardín, los abri de quai, la estación de ladrillos con mansarde, me resultan entrañables.  La sustitución de la señalización, la eliminación de la catenaria, no darán problemas porque ya habían sido previstas en la construcción de la maqueta. Con el paso del tiempo crearé un agradable rincón de la Francia de los 50-60. El modelismo, como París, no se acaba nunca. Au revoir, à la prochaine. 

MENOS QUE UNA MAQUETA, MÁS QUE UN DIORAMA (4)

Es el momento de comenzar a decorar la plancha. Colocar el balasto, dar la primera capa de color base al suelo y colocar los fondos que cerrarán la vista posterior.  

Como ya expliqué anteriormente, las vías laterales exteriores a la nave de mantenimiento están balastadas sobre el terreno. La vía del lateral contrario, que quedará situada tras la nave, la he dejado embutida en hormigón en este tramo del conjunto. 

En el centro aparece, en tono más claro, el suelo de la nave. Las dos vías con sus respectivos fosos, que han recibido un tratamiento diferente, quedan separadas, como en la realidad, por esa línea negra central que delimita las zonas de trabajo entre una y otra.

Los carriles exteriores se oxidan. En la nave no ocurre eso, el color del acero, en el alma de los carriles, se complementa con un ligerísimo toque de suciedad y grasa combinadas y poco más. Un taller de mantenimiento no debe ser un lugar sucio. 

En el exterior se debe valorar que en la zona la lluvia y la humedad es, o por lo menos en la época de la DRG, era frecuente, por lo que abunda el verde entre las vías y en todos aquellos lugares en que las malas hierbas pueden crecer libremente.

Toda esta cantidad de hierba y plantas se incrementará en el proceso final de decoración. En el momento de confeccionar la mezcla del balasto ya se ha añadido a los dos tipos de grava una ligera cantidad de espuma de hierba para facilitar el aumento posterior. En algunos puntos concretos sí que aparecen pequeñas plantas.

En el patio posterior se incluirán algunos elementos que todavía no pueden verse por mantener la comodidad para seguir trabajando. Pasos de tuberías, alguna farola y un posible puente grúa ligero para facilitar la descarga de algunos elementos. Sobre el color base se han dado varias aguadas de distintos tonos para conseguir un color más envejecido para el hormigón, aunque todavía faltan retoques de pintura para el tono del color. 

En la nave se ha incorporado la viguetería que soporta la techumbre. En la fotografía se pueden apreciar los primeros componentes de la decoración posterior que estará formada por dos almacenes, un muro y un espacio de paso entre edificios. Todavía no se ha colocado el muro externo con la ventanas porque se va a proceder a colocar antes las lámparas y focos pertinentes en el interior de la nave.

Nuestro proyecto se va acercando hacia el final de esta primera parte. Queda el trabajo más delicado que es colocar la maquinaria, terminar todas las instalaciones, ubicar determinados elementos y finalizar la decoración. Este es un trabajo que requiere tiempo y paciencia en el que aparentemente se avanza de forma lenta, por lo que no me parece oportuno insistir más en el blog hasta que este primer módulo no lo demos por terminado.

En cualquier caso sí quiero decir que me ha resultado extraordinariamente divertido diseñar los edificios y las instalaciones. Me parece algo muy recomendable para todos los que estén interesados en el modelismo. La satisfacción de ver tus propias creaciones es muy gratificante y hoy día existen cantidad de soluciones técnicas que facilitan mucho este proceso creativo. Animo a que lo intentéis. Adelante.

MENOS QUE UNA MAQUETA, MÁS QUE UN DIORAMA (3)

La nave principal es el objeto fundamental de este proyecto. La reconstrucción interior resultaba más o menos viable en algunos aspectos como el de la maquinaria, los equipos de aire forzado, las luces, cajas de fusibles, conducciones de presión, que se han ido solucionando rebuscando tanto en catálogos como en tiendas. 

Las grandes cristaleras son características de esta nave. En un primer paso me dediqué a recolectar cristales de ventanas por media Europa porque en ninguna tienda disponían de la cantidad suficiente. Finalmente tras recoger todo lo posible, con el fin de no perder más tiempo, nos las acabamos fabricando nosotros mismos sobre acetato transparente. Es lo más práctico e interesante porque permite encajarlas perfectamente.

La fachada, como ya he comentado, es un diseño mío combinando ladrillo y hormigón y basado en otras similares de la misma época, entre1929 y 1932. Creo que ha resultado una solución arquitectónicamente adecuada y acorde con el monumentalismo posterior. Como es para mí y me gusta, pues no hay más que decir.

El interior real destaca por su luminosidad y colores claros. En estos años las tuberías, el cableado, y la mayor parte de los elementos o equipos que pudieran encontrarse en cualquiera de estos centros estaban pintados en colores grises, negros, o en el de la propia pared como sucedía con muchas conducciones. Los códigos de colores son  muy posteriores a este momento, por lo que a diferencia de un taller moderno en donde las tuberías, el cableado y la maquinaria están coloreados, aquí no vamos a encontrar nada de esto. Son los años 30 del siglo XX y, aunque sea en Alemania, el equipamiento de los trabajadores, la prevención de riesgos y la metodología del trabajo seguro no se contemplan como algo prioritario.

En la fotografía anterior pueden observarse una primera prueba de localización de equipos, maquinaria, mobiliario, etc. Se hizo para comprobar los márgenes del espacio que era necesario dejar libre para poder trabajar en cada línea, porque aunque el papel soporta casi todo hay que comprobar que ocurre realmente. Si se observa la fotografía original puede notarse que se ha recogido casi todo el material de trabajo para que produzca una hermosa imagen de orden, limpieza y modernidad. Puedo asegurar con un porcentaje de más del 95% que es así por mi experiencia profesional. Es una foto de catálogo publicitario, lo que limita la posibilidad de ver una escena real y aplicarla al modelo. 

La instalación de los carriles de los puentes grúa se hizo con dos kits de una conocida marca de edificios, reformando y modificando todo lo que fue necesario. De el resto de esos kits pudimos aprovechar algunos elementos como motores eléctricos, vigas, pilares, tuberías que se han utilizado o se utilizarán en un futuro en los próximos módulos. Las pasarelas laterales son de construcción propia como casi todos los elementos de este módulo. 

La cubierta de la nave también está diseñada en base a la que aparece en la fotografía original, lo mismo que la viguetería interior. Puede observarse en la siguiente fotografía una primera prueba del armazón de la parte derecha.


Este armazón ira cubierto por una serie de planchas metálicas, que serán convenientemente patinadas, en vez de tejas o pizarra. Me he inclinado por esta opción porque me parecía más ligera. Una cuestión de distribución de cargas.