LA ESTACIÓN DE VILLAFRANCA TÉRMINO. Parte 3

Antes de proseguir comentando como he ido trabajando en mi maqueta, quiero puntualizar algunas cosas que considero importantes, tanto para la conservación y aumento de la duración de la vida útil de una maqueta, como para conseguir ese aspecto final con atmósfera ferroviaria.

En cualquier maqueta lo más importante es el trazado de la vía. Es el motivo fundamental sobre lo que se construye toda la maqueta. Lo que se va a ver. Si los trenes descarrilan, se paran, van a tirones o no ruedan con suavidad, todo lo demás, por maravilloso que sea, no servirá de nada. Por tanto al montaje y cuidado de la vía hay que dedicarle el tiempo y la atención necesaria para que esté perfecta.

Es preferible utilizar vía flexible para la construcción del trazado porque las curvas en el ferrocarril no son circulares y, aunque hagamos aproximaciones empalmando curvas de distintos diámetros, queda mejor el desarrollo con una vía flexible. Además eliminamos empalmes que siempre viene bien y aseguramos la continuidad eléctrica.
Es importante cuidar los empalmes en las transiciones de curva a recta y viceversa para que no se produzcan ángulos.
Las rectas hay que trazarlas con guías para que sean realmente rectas.
Hay que conservar la continuidad lineal de los carriles para que no aparezcan quiebros ni resaltos en todo el trazado.

Se puede observar la diferencia de calidad entre el desvío superior (Roco antiguo) y la bretelle nueva en la renovación de vía de mi maqueta DRG. El mayor ángulo y el motor sobre tablero no ayudan a crear atmósfera.
La puesta en marcha definitiva requiere que una vez que se haya balastado, limpiado y comprobado que no existen roces con ninguna pestaña, que no se producen parones indeseados, que no hay saltos, ni golpes transversales en las uniones de carriles, los trenes puedan circular sin desenganches no deseados entre los coches, vagones y locomotoras, marcha adelante y atrás a cualquier velocidad, pero sobre todo a velocidades lentas. Muchas maniobras se realizan a paso de persona y la elegancia de una locomotora y unos vagones moviéndose lentamente es simplemente maravillosa.


Las uniones muy ajustadas. El balasto recubierto de otro de grano más fino porque es una vía de estación.
Está empotrada en el balasto con suciedad, grasa, etc.
Hay que repasar uniones, eliminar los pequeños trozos de balasto que puedan haber quedado adheridos a los carriles, soldar, añadir contracarriles o cualquier otra cosa que sea necesaria para que el movimiento de los vehículos sea lo más perfecto posible. Aún así siempre existirá uno o más vehículos que nos darán algún problema, aunque sea un simple cabeceo o balanceo porque no todos los ejes, ni bogies ruedan igual y tampoco el ancho de llanta ni las pestañas de las ruedas son iguales. Esto es lógico al mezclar productos de distintas marcas. Se trata de mantener un sistema de funcionamiento razonable.

A partir de aquí lo que hay que hacer es conservar el circuito en perfectas condiciones. El problema más importante en la conservación de la vía  es la suciedad en los carriles.

Este problema se genera por  varias causas:
Acumulación de polvo por exposición y escasa utilización del circuito.
Formación de adherencias de goma en determinados puntos del circuito debido al paso de  las locomotoras que van provistas con arillos de goma. Estos puntos suelen ser uniones de carril, corazones de desvíos, puntos de transición en curvas.
Falta de limpieza de las ruedas de los vehículos en general. A las ruedas va adheriéndose el polvo, generando en las llantas una superficie de suciedad que va recorriendo todo el circuito y dejando restos.

Como puede verse todo está relacionado con la limpieza. Y para que esto no suceda, hay que limpiar. En mi caso, el equipo de limpieza y manutención consta de dos tipos de limpiadores. Un frotador de tela  y unas limas. En el mercado existen productos para la limpieza (gomas, vagones con frotadores, etc.) a gusto de cada cual.

Yo monto sobre una una madera de 3 cm. de ancho por 2 cm. de largo y 1cm. de alto, un frotador consistente en una muñequilla de paño fino, sin pelillos, que me sirve exclusivamente para limpiar la cabeza o parte superior del carril de cualquier elemento que se haya podido quedar adherido a la vía. Siempre limpio a mano. Cualquier líquido quitagrasas para circuitos es válido, pero comprobar que no ataca al plástico. Por si fuera necesario, también dispongo de dos o tres limas para metales muy suaves. Sólo las utilizo en los casos en que no sale la suciedad por el procedimiento antes comentado. 

Posiblemente, habrá quien diga que si eliminamos los arillos de goma en las locomotoras la vía se ensuciaría mucho menos y las locomotoras irian mejor, etc, etc. Lamentablemente no es así, los arillos de goma se utilizan porque el peso adherente de las locomotoras no permite, en muchos casos, poder arrastrar un número de coches o vagones con la mínimas garantías de que pueda formarse un tren aceptable. Las rampas y pendientes de todas nuestras maquetas, salvo honrosas excepciones, no cumplen con los porcentajes de inclinación de un tren real. Sin los arillos de goma muchas locomotoras no ejercerían tracción adecuadamente, y si los coches llevan frotadores para iluminación interior  o ponemos cargas a nuestros vagones el problema se agrava porque aumenta la resistencia.

Los arillos de goma generan suciedad en las proximidades de las uniones de las vías, porque si no están perfectas, chocan contra los resaltos y la goma se adhiere a la vía. Los residuos del desgaste en los aparatos de vía (en los corazones) en las curvas cerradas y las rampas, se adhieren a la vía. Otro motivo de desgaste es el arrastre sobre la vía de los arillos como consecuencia de empujar manualmente locomotoras o coches. Por otra parte hay que saber que los arillos, con el uso, van adquiriendo holguras y degradaciones que facilitan el desprendimiento de la goma. Los arillos también hay que limpiarlos y  cambiarlos cuando haga falta.

Además, el esfuerzo al que se somete al motor para obtener el mismo rendimiento (velocidad o peso) es mayor si no lleva los arillos de goma y, en consecuencia, durará menos con un añadido en contra, los elementos de la transmisión sufrirán más pudiendo generarse hasta rotura de piñones, puesto que no se han diseñado para esta situación. 

Incluso en una maqueta horizontal, como es el caso de la que estoy tratando, la diferencia de capacidad de tracción se nota. Al utilizar una locomotora sin arillos me encuentro, debido a la diferencia del coeficiente de fricción, con una limitación de esfuerzo al gancho mucho mayor que si le pongo un eje con arillos. Y si una cosa se percibe con absoluta claridad y el efecto se puede medir,  no sirve darle más vueltas.
Otra cuestión, que no tiene que ver con la física, es que a nivel personal se prefiera no utilizar los arillos de goma por una serie de motivos distintos a estos, pues perfecto, pero tendremos que tener en cuenta que si la locomotora ha sido diseñada para traccionar con arillos todo lo que he comentado antes puede llegar a pasar. Si se modifican el motor y los engranajes para adaptarlos a esta nueva situación funcionará correctamente.

Modificar cualquier componente de un producto mecánico a la ligera, sin tener en cuenta los cambios de potencia, rendimiento, etc, aunque en principio parezca que no afecta al funcionamiento de la máquina si que afecta al resto de los componentes y su vida útil.  
Como si algo he aprendido a lo largo de los años y a través del espacio y el tiempo, es que el sentimiento, la emoción y el autoconvencimiento humano no tienen nada que ver con la razón y la lógica, digo esto, sin pretender convencer a nadie contra su voluntad, ni contrariar a nadie que tenga una opinión diferente. Yo cuento mi experiencia y luego que cada uno haga lo que quiera, que esto es un juego.

La vía inferior sufre el paso de locomotoras a vapor con más frecuencia que la superior, por tanto el tono de envejecido debe ser mas oscuro en la inferior que en la superior.
Respecto al aspecto final, la aplicación del concepto de atmósfera obliga a patinar la vía, el balasto y todo lo que conlleva. Hay que oxidar ligeramente los carriles con alguna de las pinturas que existen en el mercado. Queda a gusto del consumidor la que quiera utilizar. Después de su aplicación comprobar el paso de los vehículos y limpiar si hiciera falta. Añadir polvo de carbón en según que tramos, toques de grasa en el aparataje de desvíos, hierbas, piedrecitas en vías muertas o abandonadas, distintos tipos de granulometría para estaciones, depósitos, maderas o chapas para pasos, cocodrilos, etc, etc. Observar fotos de situaciones reales para intentar reproducir esa atmósfera en la maqueta.

Las maderas de los pasos deben de ser maderas y no plásticos. Aunque se pinten de madera el resultado final no es el mismo. Aquí he utilizado madera de la que se usa para maquetas de barcos. Son muy útiles en nuestras maquetas.
¿Cuándo hacerlo?. Hay quien prefiere patinar y envejecer traviesas y railes antes de colocar. Yo lo he hecho después porque en mi caso no había ningún problema para hacerlo así. Es algo a valorar a nivel personal. Lo que tiene que quedar claro es que es necesario hacerlo y hacerlo bien.

Después están los caprichos contradictorios con todo lo citado anteriormente, como la utilización de ligeras separaciones en la unión de carriles para que produzcan ese efecto sonoro que me recuerda el de los trenes antiguos. Esto que es malo para la limpieza de la vía puede hacerse en puntos concretos donde se pase a baja velocidad como estaciones o desvíos. Requiere un poco más de atención al afinar la vía, pero a mí me merece la pena. A veces corto con una sierra la cabeza y el alma del carril, sin llegar a cortar totalmente la base, para que quede perfectamente alineado pero suene. Otras veces puede regularse la separación si hay una unión. En este caso hay que disponer de un elemento de separación dentro del enganche de los carriles para que mantenga la distancia entre ellos. Ojo porque no puede hacerse siempre ni en cualquier parte.  Si todos los vehículos no ruedan bien no se puede hacer.

Una cuestión importante. Cuando la vía ya está colocada y balastada ha debido quedar absolutamente fija y se eliminan los clavos que hemos utilizado para su colocación o, por lo menos, si no fuera posible por alguna necesidad extraordinaria de sujeción, se tapan con el balasto. No hay nada más horrible en una vía que ver un par de tornillos, con arandela incluida, entre dos traviesas. Si la vía esta bien colocada eso sobra y debe quedar bien colocada.

Aquí vemos el clavo que se ha olvidado eliminar. Parece que no se nota cuando se mira la maqueta, pero sí que se ve.
Este sistema de fijación tiene en contra que la vía, una vez fijada, ya no se puede mover. Si, por cualquier circunstancia, hay que hacer una modificación, como en la vida real, habrá que cortar y nuevamente colocar y balastar. Por eso conviene pensar con anterioridad que se quiere hacer y hacerlo bien.

Como cualquier cosa tiene sus ventajas e inconvenientes, pero yo prefiero contemplar una maqueta con vía balastada con piedra a una con balasto plástico prefabricado por muy bien hecho que esté. La incorporación de este tipo de balasto al paisaje es excesivamente artificial para mi gusto, dificultando la integración de la vía en el modelismo de atmósfera.

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