En una única ocasión he viajado con el coche en el Autoexpreso de Renfe. La experiencia fue tan mala, una espera interminable para recogerlo, que jamás lo volví a utilizar. A veces la mala gestión de las empresas no se percibe desde dentro. Posiblemente, en aquella época de principios de los 80, Renfe no tenía en cuenta la relación espacio/tiempo y tampoco la atención al pasajero. Un mal servicio consigue más abandonos que un buen servicio nuevas incorporaciones. Esto tan simple, cuesta que algunos directivos lo entiendan.
Eso no impide que, en mi mundillo imaginario, reconozca que resulta interesante disponer de uno o dos vagones, a ser posible de diferentes tipos, para incorporarlos en algún expreso. Añadir unos coches acordes a la época ofrece unas simpáticas posibilidades de recordar como eran aquellos automóviles que hoy resultan casi imposibles de utilizar por sus características técnicas. Yo conservo tres, como oro en paño, el más joven de hace 20 años.
Como de costumbre, si exceptuamos unos fantásticos modelos en latón de Miniaturas Lacalle, de la serie PMA 26001-26100 en versiones de época IV y V, la reproducción a escala H0 de este tipo de vagones quedaba restringida a una versión articulada, los PMA 30000 de Electrotren de cuando yo era casi un niño.
He vuelto a comprobar, con asombro, que recientemente Electrotren-Hornby ha vuelto a incorporar el mismo modelo al catálogo actual, aunque con nueva pintura y rotulación, amén de una carga de coches modernos.
Debo conservar todavía el mío, en el cajón de los trastos impresentables. Un modelo tan antiguo, en su producción original de primera serie, ahora de moda. Inaudito.
Como "a falta de pan que coman pasteles", que decía María Antonieta, he escogido un PMA de Ls Models para suplir las deficiencias modelísticas nacionales en mis composiciones. Queda estupendo al final de un expreso. Sí, es francés, pero si las comparaciones son odiosas, esta sería odiosamente odiosa. Fantástico.
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