Si tuviera que elegir una locomotora fiable, capaz de recuperar cualquier coche, vagón o locomotora, tirado en el peor rincón posible, sería la BR 94 de Fleischmann. Compré la primera cuando la produjo en el año 1978, en Andorra. Época de viajes extraños y recorridos tortuosos para conseguir modelos. Locomotora detallada, con muchas tuberías despegadas de la caldera y otros detalles, me resultó muy innovadora estéticamente en su momento. La primera versión era de la DB, pero la calidad era tan buena que ha estado circulando por mi maqueta de la DRG durante mucho tiempo.
Después compré un segundo modelo de la Época II que, sin salir malo, no ha salido tan bueno como el primero.
Es una de esas viejas amigas con las que he recorrido kilómetros de vía y nunca me ha fallado. Las viejas Fleischmann. Incombustibles.
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