Desde que era un crío la fiesta de los Reyes Magos vino siempre acompañada de un regalo para el tren eléctrico. Y, aunque en función de la edad hubo lapsus en los que no fue así, desde hace muchos años se retomó la costumbre e incluir algo"para el tren"es ya habitual en mis regalos navideños. Así que, como cada año, llegaron los Reyes Magos trayendo el trenecito eléctrico.
Melchor ya entiende de esto más que yo y confío en su criterio. Sabedor de que quiero empezar un nuevo proyecto sobre el Macizo Central, me ha escogido la 141 TA con calentadores ACFI y un par de coches para poder formar el Thermal Express desde Clermont-Ferrand a Mont-Doré. Es un buen comienzo.
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