LOS TRENES DE LA REMOLACHA (II)

Hace ahora prácticamente dos años que dediqué una entrada a los trenes de la remolacha. https://trenamano.blogspot.com/2016/09/los-trenes-de-la-remolacha.html 

Comentaba entonces la posibilidad de construir añadidos con lonas y maderas a los vagones X de Electrotren, para así reproducir composiciones acordes a la realidad del momento, en donde la insuficiencia de vagones para transporte de graneles obligaba a tomar soluciones inusitadas, o "pintorescas", habituales en la escasez de nuestros medios de transporte. Como tantas otras cosas que me propongo hacer respecto a mis trenecillos, por falta de tiempo, se quedó en el propósito.

Trasteando por internet, descubrí que un aficionado había fabricado unos recrecidos para los vagones X, y tras ponerme en contacto con él, amablemente me facilitó la posibilidad de enviarme un par de ellos. Son una auténtica maravilla, encajan perfectamente, solamente hay que pintarlos y patinarlos ligeramente.

Así pues, gracias a estas piezas añadidas, puedo disponer de un par de vagones X sobrecrecidos, sin necesidad de meterme en engorrosas maniobras de pegar maderitas y falsear lonas que, seguramente, no llegarían a dar una imagen real a escala H0. En cambio, gracias al trabajo de este amigo, puedo disfrutar de mis vagones perfectamente terminados. Maravillas de la edición en 3D, que si bien aún no puede competir, en precios y producción, con el plástico inyectado, en fechas relativamente próximas lo acabará haciendo.

Como me gusta decir las cosas claramente, debo indicar que las personas, como Enrique, que además de dedicarle un buen número de horas al diseño de piezas, y otras más para su producción, son capaces de hacer llegar al resto de aficionados estos productos, que en principio son para sus modelos, hacen más por la difusión de nuestra afición que todos esos "santones y maestros" que solamente dejan que los restantes mortales veamos sus "maravillas" como para darnos envidia de sus posesiones, manteniendo el secretismo con sus acólitos o algún que otro adlátere.

Desde luego, Enrique y las personas que, como él, comparten sus logros, a mí me merecen más respeto y, sobre todo, me hacen más feliz. A todos ellos, gracias.