CIEN FOTOGRAFÍAS: LA SEPTUAGÉSIMA


Aprovechando las noches de verano, dejo abiertas la puerta y la ventana de la habitación de mis maquetas. Alguna vez había oído algún susurro, o pequeños ruidos, que achacaba al trasiego habitual de los seres de la noche en la calle o en los jardines. Algo que ni me altera, ni me asusta. Pero este año, me he dado cuenta de que no es exactamente así, algo extraño estaba pasando. Preocupado por si algún bichejo se hubiera introducido en mi santa sanctorum, decidí prestar atención y me senté sigiloso dispuesto a intervenir. Y ante mi sorpresa...
En los andenes de Villafranca Término, de vez en cuando, se escuchaba algo que parecían conversaciones entre los ferroviarios. Normalmente se silenciaban al acercarme a la puerta y encender las luces, pero no me engañan. Yo los he escuchado darse órdenes y montar broncas cuando alguno no está de acuerdo con los otros. Cada vez me muevo más despacio y tardo más en dar la luz. A veces han hecho movimientos de trenes. ¿Habéis encontrado alguna vez un vagón, o una locomotora, donde no la habíais dejado? Dejar pasar un poco tiempo antes de dar la luz en vuestras habitaciones, escuchar y escudriñar en la oscuridad. Sorprendente y ¿por qué no decirlo?, estremecedor. Se mueven.  Cuidado, no hay que pasarse con el Modelismo de atmósfera.

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