LA FOTO DEL DÍA 13/05/2016


Viernes y trece. Es una noche de sombras, de sueños en claroscuro, chirridos, pitidos. De recuerdos.
Los viejos coches de madera enganchados entre sí esperando a una locomotora que los lleve a su destino. El plateado automotor con sus filos verdes y aquellos cristales redondos, como gafas, que parecían mirarme fijamente. Las viejas humeantes y grasientas locomotoras de maniobras, recuperadas de otras líneas, arrastrando vagones entre pitidos y escapes de vapor. Las carretillas llenas de bultos que siempre aparecían en los andenes sin que nadie se encargara de ellas. Los maleteros con sus carretillas de mano que se adelantaban para colocar las maletas en tu compartimento. El puesto de periódicos y revistas. La pareja de policías o guardia civil, según las estaciones, que nunca supe que vigilaban. ¿Quién podía huir en un tren que nunca se sabía a que hora podía llegar?. Cada viaje era una aventura en la que volvía a disfrutar con aquellas enormes locomotoras eléctricas, despertándome para ver el cambio de máquina, el olor del carbón y el fuego.

A fuerza de tirar fotos a la maqueta de vez en cuando consigo alguna que me recuerda lo que podía observar cuando era un niño. Entre esos recuerdos, como envueltos en sueños, aparecen todos los componentes de las estaciones de los años 50. Siempre se me escapa alguno cuando tiro la foto.

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