JUGANDO CON TRENES

Algo que siempre me he propuesto en la vida ha sido que, en cualquier actividad que fuera a realizar, debía llegar a tener el suficiente conocimiento y destreza como para poder llegar a desarrollarla de forma digna. Con esa influencia renacentista creo que he conseguido tocar un buen número de palos sin desmerecer. Uno de ellos, éste del modelismo ferroviario.


Pero, partiendo de la base de que esto es un entretenimiento, no me parece razonable desde este blog dogmatizar y mucho menos entrar en discusiones bizantinas sobre la autenticidad de las composiciones, épocas, explotación, y otras zarandajas, bastante ridículas, si se tiene en cuenta que, en realidad, para mí esto es un juego que me sirve para relajarme y se queda ahí.


Bien está que haya personas que recopilen datos, documentos y toda clase de información, que nos permita en un futuro mantener los conocimientos históricos imprescindibles para comprender un sistema de transporte en su momento social, industrial e histórico.
Bien está que cada uno de los aficionados al modelismo ferroviario utilice esa información para  desarrollar la actividad como le parezca oportuno, respetando, o no, unos criterios lógicos aconsejables para llegar a tal fin en función de sus gustos, conocimientos, cultura, capacidad económica, etc, etc.

En mi opinión, mezclar todas estas cosas llevándolas a un extremo exagerado ni ayuda a la difusión, ni tienen sentido. Aplicar parámetros comparativos entre la realidad y los modelos a escala es no saber, ni entender en dónde se está. Los modelos, hoy día, se pueden reproducir con una gran cantidad de detalles casi en todas las escalas, pero existe un límite. Tampoco debemos olvidar que estos modelos, a escala, se mueven por unas vías que serían impracticables en la realidad, con unos elementos dinámicos inaceptables, sin las menores condiciones de control ni seguridad propias, gracias exclusivamente a motores eléctricos con independencia del tipo de tracción real y con unas condiciones de rodadura, trazado y velocidad imposibles en la vida real.

En mi caso, seguramente habrá otros como yo, lo único importante es la calidad de reproducción del modelo y su funcionamiento, que se parezca, o no, al modelo real y tenga un precio adecuado a la calidad del material empleado, a su nivel de reproducción y mecánica. Eso es todo.


Esta afición se basa en un juego tan simple como dar vueltas. El modelismo le ha añadido la estética y la técnica le ha permitido avanzar en la simulación. Algo que sirve para pasar el rato de forma agradable solo o en compañía de otros, pero algo también por lo que resulta absurdo entrar en discusiones. Su misión es entretener. Como ejemplo de esto os ofrezco mi vídeo Tráfico de mañana. Composiciones sin otras pretensiones más que las de entretenerme.  El último.