Como sigo sin poder responder a los comentario desde la propia entrada me veo, esta vez sí que de forma ineludible, en la necesidad de contestar generando otra.
Esta respuesta es para David respecto a un comentario suyo del día 28/06/2020 que sinceramente no creo que corresponda al tema de la entrada, ya que yo trataba de modelismo ferroviario y no de la calidad de los modelos a escala.
Parece ser, según este señor, que soy proclive a promocionar los modelos extranjeros y denigrar los nacionales, a pesar de que en su opinión, refrendada por foros franceses, también son muy malos y, sobre todo, caros. Esta "exaltación" de los productos extranjeros es la culpable de la escasa valoración de los productos nacionales y del poco aprecio que se siente por los mismos. Consecuentemente, soy uno de los culpables del fiasco del modelismo español, pudiendo entenderse además que soy antipatriótico, afrancesado, chovinista, hortera y falto de criterio, por elegir lo extranjero y caro ante lo nacional y barato.
Mi querido David, el desconocimiento que tiene usted de mi persona no solo es absoluto, como no puede ser de otra manera, sino que además se inventa usted unas cuestiones que no tienen que ver ni conmigo, ni con mi blog, atribuyéndome valoraciones que nunca he dicho. Le voy a explicar algo que espero que sea capaz de entender.
Los ojos son para ver, los objetos se ven y se puede observar la diferencia entre unos y otros. Algunas personas con el estudio, el trabajo y el paso del tiempo han ido adquiriendo unos conocimientos que se convierten en cultura. Esta cultura permite distinguir entre lo que nos rodea aquello que nos parece más agradable, hermoso, según esos cánones aprendidos con independencia de quién, cómo o dónde estén o se hayan realizado. Es esa maravilla que permite disfrutar de Velázquez y Van Dyck simultáneamente sin ningún problema. Y aunque en el Prado estén los dos, más Velázquez que Van Dyck, voy a Roma para poder ver el Inocencio de Velázquez y a Berlín para el matrimonio flamenco de Van Dyck. La entrada de Roma es en comparación mucho más cara que la del Prado, pero si no pagas no lo ves. Como es único y me encanta verlo, lo pago. Sin más. La cultura en Alemania es más barata y puedo disfrutar igual. Así es la vida.
Lo mismo ocurre con las marcas y los modelos. en ocasiones se encuentran cosas fuera. A veces fabrican cosas de renfe y la mayoría de las veces no. El problema es el mercado. Modelos no transferibles al mercado europeo. Stocks de producción bajos. Venta escasa. Inexistencia de industria de fabricantes nacionales. Esa es la cuestión. Aficionados en descenso. Eso es lo que hay que plantear.
Ante la evidencia de las diferencias de calidad de reproducción de unos modelos y otros no hay más que decir. Saltan a la vista. No quiere eso decir que no existan buenos modelos españoles, no muchos, pero los hay.
Desde el punto de vista técnico, hablo solo por mi caso, desde 1975 hasta la fecha sólo se me ha estropeado una locomotora de Electrotren-Hornby, fallo de motor, ruidos desagradables en varias de la misma marca y ruidos y fallos en otras dos de Mabar, otra de Jouef-Hornby mal montada, una de Fleischmann, fallo de motor y otra de Liliput-Bachmann con problemas de polaridad, un problema de zamac en contrapesos de una Roco. Aquí se acaba mi lista de fallos. Porcentaje inapreciable, pero la mayoría de marcas nacionales o asimiladas.
Afortunadamente no suelen darme problemas ni coches ni vagones. Es que hay que saber realizar el trazado porque no todos los coches entran en las curvas o en los desvíos de la misma manera. Como he podido observar a lo largo de los años, las modificaciones de alineción en las maquetas no se hacen nunca y, cuando las dimensiones de los bogies cambian, se deben tener en cuenta a la hora de trazar las curvas. Esta lección se la doy gratis.
En los foros escriben personas muy distintas, con formas e intereses también distintos y a las que une solamente un sentimiento, la afición. Son ultra aficionados. Viven para su afición. No quiere decir que sepan más, ni que sean infalibles. A mí ni me influye, ni me importa, lo que digan. Me parece respetable que expresen su opinión aunque, en la mayoría de las ocasiones, no coincida con la mía.
Así pues querido amigo, sin querer, al escribir su comentario no ha dado ni una en el clavo. No me siento reflejado, pero me molesta que me intenten tratar de patán antipatriótico. Eso no se lo consiento.
Ese patriotismo barato de ponerse la boina calada hasta la nariz y negar a los demás no va conmigo. Por eso le agradecería que no vuelva a utilizar mi blog para expresar sus opiniones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios!