Aunque hablo sobre cosas relacionadas con el modelismo nunca entro en el debate sobre qué es el modelismo ferroviario de maquetas, en qué consiste o cómo se puede empezar a montar una maqueta. El otro día a propósito de una pregunta sobre unos vídeos míos me planteé esta cuestión, ya que casi nunca he entrado a comentar a fondo sobre este tema, posiblemente porque se pueden herir muchas susceptibilidades. Pero creo llegado el momento que, tras ver cosas paranormales en la Red que se definen como maquetas, dé mi opinión sobre este asunto desde un punto de vista divertido.
En primer lugar quiero decir que, aunque desde pequeño he jugado con trenes eléctricos, no en todas las etapas de mi vida he mantenido los mismos niveles de afición. Los trenes reales me interesan para viajar y los de juguete me han servido para entretenerme y rebajar el stress cuando trabajaba. Ahora, que estoy retirado de cualquier actividad que no sea lúdica, es cuando más los estoy utilizando a ambos. Cuando era joven, o menos joven, seguía interesado en otras cosas, más sugestivas para mi edad y condición que ésta. Las manualidades, que siempre he procurado mantener, eran de índole muy distinta a las necesarias para este noble Arte, pero posiblemente sirvieron para dar la suavidad y firmeza necesaria a mis manos que tan bien me viene ahora. Esto que los romanos denominaban el Cursus Honorum y que puede entenderse como que cada cosa tiene su edad y ese es el momento de disfrutarla.
Esto no impide que haya ido adquiriendo unos ciertos conocimientos a lo largo de mi vida, porque leer sí que he leído siempre y leyendo es donde se aprende lo que hay que poner en práctica. He construido varias maquetas que han ido evolucionando en función de las posibilidades de todo tipo que se han ido dando. Espacio, materiales, conocimientos, etc. Mis orígenes en el modelismo provienen de los británicos. Creo que no hay nadie capaz de diseñar mejores maquetas con más posibilidades de realizar movimientos reales. Por cierto, ¿saben ustedes que Ian Allan, allá por los años 50 creo publicó unos librillos con unas listas de trenes en los que había que marcar que se había visto el tren en cuestión? Todavía quedan algunos aficionados británicos que, añadiendo trenes modernos, siguen en esta historia, esperando en las estaciones que pasen el tren que les falta. Hay gente para todo. No esperen nada parecido de mí.
Retomando el modelismo de maquetas lo primero que considero necesario plantear es ¿qué se entiende por modelismo? Es el Arte de construir modelos, maquetas y figuras a escala. El Arte. ¿Somos todos artistas? No, la mayoría no somos artistas. Podemos conseguir aparentemente la sensación de que hacemos las cosas más o menos bien, pero reconozcámoslo, no somos artistas. Unos pocos, sí.
Ahora aparecen los fabricantes. ¿Son los fabricantes, modelistas? No. Pero como saben que no hay nada más fácil que manejar a un aficionado nos proponen circuitos complejos llenos de desvíos de óvalos sucesivos, manuales de como llenar tableros de vías de forma absoluta y, son los años 60 y 70 amigos, los compramos y llenamos nuestras casas y habitaciones de vías, con alto riesgo para la vida del aficionado, su esposa, padres o hijos que debían saltar entre todos aquellos circuitos que llenaban los suelos. ¿Era esto modelismo? No. Los trasladamos a tableros y decíamos... "He hecho una maqueta". ¿Era esto modelismo? No.
En consecuencia la primera cuestión se responde por sí sola con la definición de la RAE. El Arte. Todas estas maquetas repletas de vías no son Arte. Serán otra cosa muy útil, necesaria y agradable para su propietario, pero no forman parte del Modelismo porque carecen del Arte de construir modelos a escala.
A escala. A escala de la realidad. Nadie se sube a un tren en su población y se pasa el día dando vueltas a su pueblo. Creo que queda claro. Al carecer de realidad la función, tampoco es modelismo. Así que vamos a olvidar u obviar estas maquetas porque no son objeto de este asunto. Sin que nadie se moleste, y menos los propietarios de este tipo de instalaciones, hay que dejar claro que con independencia de lo divertidas o estupendas que les parezcan a sus dueños, eso no es modelismo ferroviario. No quiero con esto decir que no se pueda hacer modelismo en una maqueta compacta o de tablero. Se puede hacer sabiendo lo que se hace.
Creo que queda claro que una maqueta ferroviaria debe ser una reproducción a escala de un espacio físico por donde discurren los trenes. Me parece importante indicar algo que debía ser obvio pero no lo es tanto. El ferrocarril debe ser el protagonista principal de la maqueta. Reproducimos espacios ferroviarios sean de vía ancha, internacional o estrecha. Pero ferroviarios.
La boda en la catedral del pueblo de turno, la casa incendiada o la feria gigante con dos mil atracciones incluyendo escenario y circo no son escenas ferroviarias. Ni siquiera son necesarias en la mayoría de las maquetas para dar ambiente. Estas cosas, fruto de la habilidad de los fabricantes de accesorios y edificios para engañar al público en general, son obligadas en todas las grandes maquetas del mundo. Estas maquetas están diseñadas paras niños y público en general, incluso con funciones interactivas, para entretenerlos. Tampoco eso es modelismo ferroviario, aunque se le quiere parecer.
No se debe confundir el espacio necesario para integrar el trazado ferroviario en el paisaje con esta profusión de edificios, carreteras y actividades que vemos en algunas maquetas, más empeñadas en mostrarnos toda clase de curiosidades imposibles de compaginar en la realidad con el añadido de un trazado o una explotación ferroviaria, en algunos casos, totalmente alejada de la realidad. Los que hayan visto, de alguna manera, las grandes instalaciones de Hamburgo, Lyon, Berlín, etc, etc, habrán podido comprobar que son tipo película Disney. La realidad es otra cosa muy diferente.
Así pues ya tenemos unos puntos de partida para comenzar a pensar sobre nuestra maqueta ferroviaria. Ahora tenemos que informarnos para comenzar a desarrollar esto. En el siguiente capítulo.
En consecuencia la primera cuestión se responde por sí sola con la definición de la RAE. El Arte. Todas estas maquetas repletas de vías no son Arte. Serán otra cosa muy útil, necesaria y agradable para su propietario, pero no forman parte del Modelismo porque carecen del Arte de construir modelos a escala.
A escala. A escala de la realidad. Nadie se sube a un tren en su población y se pasa el día dando vueltas a su pueblo. Creo que queda claro. Al carecer de realidad la función, tampoco es modelismo. Así que vamos a olvidar u obviar estas maquetas porque no son objeto de este asunto. Sin que nadie se moleste, y menos los propietarios de este tipo de instalaciones, hay que dejar claro que con independencia de lo divertidas o estupendas que les parezcan a sus dueños, eso no es modelismo ferroviario. No quiero con esto decir que no se pueda hacer modelismo en una maqueta compacta o de tablero. Se puede hacer sabiendo lo que se hace.
Creo que queda claro que una maqueta ferroviaria debe ser una reproducción a escala de un espacio físico por donde discurren los trenes. Me parece importante indicar algo que debía ser obvio pero no lo es tanto. El ferrocarril debe ser el protagonista principal de la maqueta. Reproducimos espacios ferroviarios sean de vía ancha, internacional o estrecha. Pero ferroviarios.
La boda en la catedral del pueblo de turno, la casa incendiada o la feria gigante con dos mil atracciones incluyendo escenario y circo no son escenas ferroviarias. Ni siquiera son necesarias en la mayoría de las maquetas para dar ambiente. Estas cosas, fruto de la habilidad de los fabricantes de accesorios y edificios para engañar al público en general, son obligadas en todas las grandes maquetas del mundo. Estas maquetas están diseñadas paras niños y público en general, incluso con funciones interactivas, para entretenerlos. Tampoco eso es modelismo ferroviario, aunque se le quiere parecer.
No se debe confundir el espacio necesario para integrar el trazado ferroviario en el paisaje con esta profusión de edificios, carreteras y actividades que vemos en algunas maquetas, más empeñadas en mostrarnos toda clase de curiosidades imposibles de compaginar en la realidad con el añadido de un trazado o una explotación ferroviaria, en algunos casos, totalmente alejada de la realidad. Los que hayan visto, de alguna manera, las grandes instalaciones de Hamburgo, Lyon, Berlín, etc, etc, habrán podido comprobar que son tipo película Disney. La realidad es otra cosa muy diferente.
Así pues ya tenemos unos puntos de partida para comenzar a pensar sobre nuestra maqueta ferroviaria. Ahora tenemos que informarnos para comenzar a desarrollar esto. En el siguiente capítulo.
Gracias! Voy pillando el concepto. Creo que ya sé distinguir el Modelismo ferroviario de esas superficies tapizadas de vías, espectaculares cuando te asomas de niño a una de ellas.
ResponderEliminarTambién me parece ver que la práctica del Modelismo de ambiente está muy ligada a una vivencia. En definitiva, el modo de trasmitir un mundo interior que se expresa mejor con primeros planos. Por eso me gustan las microhistorias de algunas tomas. Un abrazo
En mi opinion, son dos tipos de modelismo: ficticio y prototipico. Para el primero, el usuario da curso a sus fantezias y imaginacion. Recreando lugares que durante su vida han representado algo muy importante y por que le gusta revivir aquellos tiempos, o al contrario, algo que nunca ha visitado aun o una representacion de un lugar perfecto (los romanticos).
ResponderEliminarLa segunda represente lo que se menciona en este articulo, representacion fiel de una parte de instalaciones ferroviarios.
Los dos son modelismo, solo sirven diferentes propositos.
La camara foto de un iPhone es una camara tambien, aunque no se compara con el Nikon D750 que uso, pero es una camara. Yo solo la camara de un movil en casos de emergencia. :)