Una locomotora se apresta a hacer la recarga de carbón y agua en mitad de la noche.
Recuerdo los viajes en tren de mi infancia como una sucesión de imágenes que se me han ido quedando fijadas a la memoria de una forma imperecedera. Una de esas imágenes es la de los depósitos de locomotoras, cuando desde la ventanilla veía unas luces más brillantes y aparecían las "máquinas" entre las sombras. Las luces amarillentas, escasas, aquella penumbra anaranjada y negra que esperaba que apareciera en las estaciones importantes, Alcazar, Arcos, Miranda, Córdoba, Mora, Aranda, para pegar la nariz al cristal y ver de pasada los penachos de humo de aquellas locomotoras tremendas.
Una bonita foto con una bonita historia.
ResponderEliminarSaludos,
Vicente