La 1007 espera en una vía de reserva volver a prestar sus servicios en un ascendente a Puigcerdá. Si queremos que nuestra maqueta sea algo más que un circuito por donde pasan nuestros trenes, deberemos prestar atención al paisaje y la decoración. En la foto propongo dos aspectos sencillos, pero muy importantes, para generar esa sensación de realidad. Los paisajes de fondo y la soportación de la vía.
Un simple patinado, muy ligero, a la locomotora para añadirle un poco de suciedad y el balasto con algunas hierbas, son suficientes para crear la atmósfera necesaria y transportarnos al mundo real.
Las vías deben estar balastadas con piedrecilla, mejor que con otro tipo de soporte. Es verdad que se necesita más paciencia pero el resultado no tiene comparación. Se deberán usar diferentes tamaños hasta conseguir la terminación deseada. En cualquier manual de maquetismo enseñan como hacerlo.
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