MI PORTAL DE BELÉN

Al comenzar esta entrada me he dado cuenta de que se aproxima el día de los Santos Inocentes. Nunca he creído en los santos y menos que fueran inocentes, pero si de santidad e inocencia se tratase siempre he pensado que los únicos inocentes seríamos los aficionados al ferrocarril en miniatura, pues no hay nada más inocente que una persona disfrutando con un juego que no hace daño a nadie, y en el que el único perjudicado es él mismo, objetivo inequívoco de toda clase de fabricantes ansiosos por vender sus productos por cualquier método.

Para ese día de engaños y equívocos bienintencionados, he decidido anticipar mi particular versión del portal de Belén. Esas maquetas repletas de personajes, con escenas que simulan playas, accidentes de carretera, bomberos apagando fuegos, y no digamos campos de fútbol, espectáculos musicales, circos o parques de atracciones y ferias siempre me han parecido belenes. Por contra, tomando un desvío, me separo de la tradición de los belenes napolitanos y presento mi agnóstico portal de Belén ferroviario.


La maqueta ferroviaria, en mi opinión, debe ser fundamentalmente, aunque parezca redundante, ferroviaria. El ferrocarril debe ser su actividad principal y cualquier otro elemento que se incluya en la misma debe tener una relación directa, unívoca e inequívoca, con el ferrocarril.




















Es lógica, aunque no imprescindible, la incorporación de carreteras, viviendas, fábricas, bosques, campos, etc, que pueden contemplarse desde la ventanilla de cualquier tren, pero lo demás sobra. Sobran las meriendas campestres, los alpinistas, los entierros y las bodas, los desfiles militares, las procesiones, los sanfermines y, por sobrar, sobran hasta los barrios de putas que últimamente proliferan más de lo deseable, y no porque sea mojigato, sino porque me parece incongruente.


Aprovechando que estas fechas se aproximan a la Navidad, "Fiesta Familiar Entrañable", he querido ofrecer mi visión agnóstica del portal de Belén ferroviario, refugio y escape de conversaciones con cuñados, primos y otros parientes. En el también existe un cobertizo, elementos que aportan calor, gente que viene y va, y un protagonista fundamental, los trenes. Posiblemente, la paz sea esto.

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