Estaba dando un paseo por la mañana temprano por Oberbaumbach cuando me acerqué a la estación. Todavía quedaba encendida alguna farola y el tren matutino de las 6:30 ya estaba partiendo. Me gustaba el sonido agudo de su motor, diferente a los jadeos asmáticos de las locomotoras de vapor. Podía ver a Hans Münstershon, el hijo del fontanero de la Altdorf Strasse, al lado de la grúa hidráulica posiblemente intentando arreglar alguna fuga de agua. Ni el señor Mauer, que viajaba a Münich dos veces a la semana, ni el ayudante del jefe de estación podían verme escondido como estaba entre los árboles, tras los matorrales, haciendo fotografías con mi nueva Agfa Billy Record.
Precioso automotor, muy original su librea.
ResponderEliminarEl material germano, exelente, como siempre.
Saludos.