Desde que adquirí el kit de la Pucheta de Carlos Lacalle hasta hoy que la he recibido terminada han pasado casi dos años. La espera ha merecido la pena porque el montaje está extraordinariamente terminado y con un algún detalle añadido en base a la documentación disponible de la locomotora.
El kit, con la calidad y los detalles acostumbrados de Miniaturas Lacalle, es como una diosa de marfil a la que le han colocado unos pies de barro.
En esa línea automovilística tan hispánica de mucha carrocería y poco motor, se ha querido aprovechar la motorización de una 030 de Electrotren, en vez de haber diseñado un bastidor con su correspondiente motorización, ruedas Romford, etc. Total, si también anda y sale más barato. Lástima.
Reutilizar bastidores y/o mecánicas de modelos de serie para generar otros nuevos está muy bien pensado si se cumplen dos requisitos fundamentales.
Uno, que las dimensiones se ajusten con exactitud al modelo que vamos a acoplar.
Dos, que la motorización sea de calidad similar a la del kit.
Yo entiendo la buena voluntad de querer disponer de un modelo de calidad a un precio asequible, pero acoplar a un kit de Lacalle los "bajos" de una Electrotren de gama baja es un desperdicio indigno de un modelo de latón de calidad.
A veces hay que pensar que todo no vale para tener una cosa más. Merece la pena aumentar un poco el coste y tener un modelo acorde en reproducción y mecánica. Es una pena que por abaratar precios las buenas ideas acaben convertidas en la típica y tópica chapuzilla nacional.
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