La opción que he elegido presentar corresponde a una de las maquetas que mas me han gustado porque se identifica con la concepción de una forma de modelismo muy acorde con mis ideas, debido a su capacidad de aunar espacio, paisaje y explotación de forma absolutamente coordinada y en las proporciones justas.
Está extraída de un libro de Joachim M. Hill titulado Modellbahn. Gleispläne: 100 Ideen für kleine und grosse Anlagen del Grupo Alba Publikation y que ha sido publicado en castellano por el Grupo Editorial Ceac, SA. Libros Cúpula, Modelismo Ferroviario 1. Libro que recomiendo a todos por la variedad de ideas y consejos interesantes para cualquier aficionado al modelismo.
Está extraída de un libro de Joachim M. Hill titulado Modellbahn. Gleispläne: 100 Ideen für kleine und grosse Anlagen del Grupo Alba Publikation y que ha sido publicado en castellano por el Grupo Editorial Ceac, SA. Libros Cúpula, Modelismo Ferroviario 1. Libro que recomiendo a todos por la variedad de ideas y consejos interesantes para cualquier aficionado al modelismo.
Es una maqueta aparentemente sencilla con una gran capacidad de generar movimientos, una gran visibilidad y, sobre todo, con la posibilidad de realizar una explotación real. Todo esto en una habitación de 4m x 3m es mucho.
Para explicarlo debemos partir de la filosofía del modelismo de atmósfera.
¿Qué es el modelismo de atmósfera?. Permitidme que os lo describa como la forma de hacer modelismo ferroviario aproximándose a una realidad y un entorno real. Esa filosofía lleva a elegir un forma de representar el paisaje y las instalaciones ferroviarias de forma natural, sin sobrecargar el espacio disponible de vías o construcciones y con el trazado imprescindible para ver correr los trenes en un entorno muy próximo a la realidad.
Analizando la maqueta que os presento podemos ir comprobando como se cumplen todos estos requisitos sin que por ello se pierda la posibilidad de entretenimiento.
En primer lugar, a la hora de planificar una maqueta nos debemos plantear algo muy simple. ¿Qué hacen los trenes?. La respuesta es muy sencilla, los trenes van de un lugar a otro. Por tanto, vamos a descartar en la medida de lo posible que los trenes den vueltas o, por lo menos, habrá que disimularlo al máximo.
Para ir de un lugar a otro necesitaremos dos estaciones, una de llegada y otra de salida, además los trenes pasarán por otras intermedias y también deberemos incluir un trazado por el campo, algunos accidentes geográficos, etc. Una serie de cosas que no resultan fáciles de acoplar en un espacio restringido.
Las posibles soluciones pasan por eliminar cualquier elemento duplicado. Eligiendo un trazado en forma de raqueta de tenis, eliminamos una de las estaciones término y ganamos espacio. Lo vimos en la pequeña maqueta del mes pasado. Al disponer, en esta ocasión, de una mayor superficie las restantes posibilidades para la explotación aumentan. Podremos incluir una única estación de paso y alguna cosa más.
La siguiente cuestión a plantear es: ¿Cuanto dura un viaje en tren?. Un viaje no dura un minuto y poco. Los recorridos que podemos exhibir en nuestras maquetas no pueden ser comparables a los de la realidad, por tanto debemos buscar una alternativa a esa escasez temporal.
Habrá que comenzar a pensar en soluciones que nos den la sensación de recorridos mucho más extensos y la mejor solución son las estaciones ocultas, que nos permiten hacer desaparecer nuestros trenes todo el tiempo que deseemos y hacerlos aparecer cuando queramos, pudiendo así hacer una explotación en tiempo real. Una estación oculta amplia nos facilita disponer de varias composiciones en espera que irán apareciendo cuando se considere necesario y, al mismo tiempo, dará la variedad y fluidez necesaria para que la maqueta resulte entretenida.
Dentro de los planteamientos base aparece el de: ¿Por dónde van los trenes?. La respuesta elegida nos va a definir el paisaje que vamos a tener que desarrollar en nuestra maqueta. Sea cual sea el elegido lo que debemos tener en cuenta es que se debe ver, y en la cantidad y con la calidad suficiente para que sea creíble. Esto implica que debe haber un espacio cuanto mas amplio mejor dedicado al paisaje y ese paisaje debe corresponder a la realidad de una forma objetiva. No se trata de colocar muchas cosas, solamente las imprescindibles para ajustarse a la realidad. No pueden estar juntos los bomberos apagando un incendio, la noria y las atracciones al lado de la playa y los montañeros trepando porque todo eso no está nunca junto en la realidad. Podremos tener fábricas, casas, parques y hasta noria, bomberos y lo que queráis pero una de estas cosas solo y solo si se justifica paisajísticamente. En la sencillez está el quid de esta cuestión. En la sencillez y el buen gusto.
Para finalizar con estos planteamientos iniciales quedará por definir la época y la Administración ferroviaria. Una vez definidas, todo lo demás, edificios, paisaje, vehículos, etc. deberán estar en consonancia tanto con una como con la otra. Para poder aumentar nuestra colección de trenes es conveniente procurar que los elementos constructivos como estaciones, edificios, puentes puedan adaptarse a dos épocas. En consecuencia no debemos escoger elementos excesivamente marcados por una época y que se excluyan de otra.
Para explicarlo debemos partir de la filosofía del modelismo de atmósfera.
¿Qué es el modelismo de atmósfera?. Permitidme que os lo describa como la forma de hacer modelismo ferroviario aproximándose a una realidad y un entorno real. Esa filosofía lleva a elegir un forma de representar el paisaje y las instalaciones ferroviarias de forma natural, sin sobrecargar el espacio disponible de vías o construcciones y con el trazado imprescindible para ver correr los trenes en un entorno muy próximo a la realidad.
Analizando la maqueta que os presento podemos ir comprobando como se cumplen todos estos requisitos sin que por ello se pierda la posibilidad de entretenimiento.
En primer lugar, a la hora de planificar una maqueta nos debemos plantear algo muy simple. ¿Qué hacen los trenes?. La respuesta es muy sencilla, los trenes van de un lugar a otro. Por tanto, vamos a descartar en la medida de lo posible que los trenes den vueltas o, por lo menos, habrá que disimularlo al máximo.
Para ir de un lugar a otro necesitaremos dos estaciones, una de llegada y otra de salida, además los trenes pasarán por otras intermedias y también deberemos incluir un trazado por el campo, algunos accidentes geográficos, etc. Una serie de cosas que no resultan fáciles de acoplar en un espacio restringido.
Las posibles soluciones pasan por eliminar cualquier elemento duplicado. Eligiendo un trazado en forma de raqueta de tenis, eliminamos una de las estaciones término y ganamos espacio. Lo vimos en la pequeña maqueta del mes pasado. Al disponer, en esta ocasión, de una mayor superficie las restantes posibilidades para la explotación aumentan. Podremos incluir una única estación de paso y alguna cosa más.
La siguiente cuestión a plantear es: ¿Cuanto dura un viaje en tren?. Un viaje no dura un minuto y poco. Los recorridos que podemos exhibir en nuestras maquetas no pueden ser comparables a los de la realidad, por tanto debemos buscar una alternativa a esa escasez temporal.
Habrá que comenzar a pensar en soluciones que nos den la sensación de recorridos mucho más extensos y la mejor solución son las estaciones ocultas, que nos permiten hacer desaparecer nuestros trenes todo el tiempo que deseemos y hacerlos aparecer cuando queramos, pudiendo así hacer una explotación en tiempo real. Una estación oculta amplia nos facilita disponer de varias composiciones en espera que irán apareciendo cuando se considere necesario y, al mismo tiempo, dará la variedad y fluidez necesaria para que la maqueta resulte entretenida.
Dentro de los planteamientos base aparece el de: ¿Por dónde van los trenes?. La respuesta elegida nos va a definir el paisaje que vamos a tener que desarrollar en nuestra maqueta. Sea cual sea el elegido lo que debemos tener en cuenta es que se debe ver, y en la cantidad y con la calidad suficiente para que sea creíble. Esto implica que debe haber un espacio cuanto mas amplio mejor dedicado al paisaje y ese paisaje debe corresponder a la realidad de una forma objetiva. No se trata de colocar muchas cosas, solamente las imprescindibles para ajustarse a la realidad. No pueden estar juntos los bomberos apagando un incendio, la noria y las atracciones al lado de la playa y los montañeros trepando porque todo eso no está nunca junto en la realidad. Podremos tener fábricas, casas, parques y hasta noria, bomberos y lo que queráis pero una de estas cosas solo y solo si se justifica paisajísticamente. En la sencillez está el quid de esta cuestión. En la sencillez y el buen gusto.
Para finalizar con estos planteamientos iniciales quedará por definir la época y la Administración ferroviaria. Una vez definidas, todo lo demás, edificios, paisaje, vehículos, etc. deberán estar en consonancia tanto con una como con la otra. Para poder aumentar nuestra colección de trenes es conveniente procurar que los elementos constructivos como estaciones, edificios, puentes puedan adaptarse a dos épocas. En consecuencia no debemos escoger elementos excesivamente marcados por una época y que se excluyan de otra.
Vamos a analizar los planos de la maqueta y el trazado que realiza Joachim M. Hill.
El acceso a la planta inferior se produce por medio de una helicoidal sencilla, con la única finalidad de conseguir la diferencia de cota suficiente para poder manejar los trenes en la estación oculta. Esta estación consta de seis vías de espera y una de sobrepaso que la contornea para poder dar nuevamente acceso a la planta superior. Es la clásica raqueta de tenis, muy alargada y doblada varias veces sobre sí misma, que se ha convertido en un recorrido muy equilibrado. La aparente sencillez del recorrido permite llenar el espacio disponible de contenido ferroviario pero sin agobiar. No existe la sensación de un exceso de vías, pero hay mucha vía vista. No es fácil obtener un resultado como este.
En la Parte 2 analizaré las estaciones, sus dimensiones y el paisaje propuesto y podremos comprobar la importancia del equilibrio en el modelismo.
La vista en planta de la parte superior o visible de la maqueta nos permite apreciar la distribución de volúmenes y la disposición de las vías para poder observar el recorrido de los trenes durante el mayor tiempo posible.
Partiendo de una estación término de una pequeña localidad (que está simplemente representada por media docena de edificios) se inicia una bajada suave por medio de una amplia curva y la consiguiente contracurva (huyendo de las líneas rectas que solo acortan el recorrido) atravesando un pequeño túnel (estratégicamente situado para romper la continuidad) cuya salida en curva de radio 600mm. nos da acceso a la estación intermedia (también en curva abierta). La salida de esta estación es una vía en bajada, en forma de S invertida (de radios amplios con parte en túnel) y que desaparece en túnel para acceder a la planta inferior.
En la Parte 2 analizaré las estaciones, sus dimensiones y el paisaje propuesto y podremos comprobar la importancia del equilibrio en el modelismo.
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