SORPRESA EN PEST

Pasaba unos días en Budapest cuando, de forma insospechada, me encontré con un local de exhibición de una maqueta ferroviaria en una  las calles más céntricas de Pest, la Andrásy Út. De nombre Miniversum, anunciada como una maqueta de tres países,  (Hungría, Austria y Alemania) me hizo imaginar que sería algo parecido, aunque en menor escala, a la de Hamburgo o la de Lyon. Decidí visitarla en horas intempestivas, horario de colegios y día de diario, para poder verla con una cierta tranquilidad. Como no es una de estas maquetas ya súper conocidas, voy a presentar las fotografías de lo que me pareció más interesante.


Ocupa toda la planta baja del edificio en cuestión y, para mi gusto, no presenta grandes cosas destacables, si bien es llamativa la estación término, que se supone es una de las de Budapest, así como la disposición de vías de la estación de Bécs, que entiendo quiere representar la estación central de Viena. Las restantes estaciones y la mayoría de los edificios, aunque bien terminados, a mí no me llamaron la atención. Posiblemente cada vez me resulta menos interesante este tipo de maquetas, aunque reconozco su utilidad como elementos de divulgación de modelismo ferroviario.

















Tiene la particularidad de disponer de una serie de botones que accionan determinadas escenas como bomberos, camiones tipo Faller, personas segando, incluso teleféricos y pequeños ramales ferroviarios. Están dirigidas hacia un público infantil, aunque las disfrutan mucho más los adultos.






El recorrido que comienza en Hungría esta compuesto por seis estaciones húngaras, Budapest, Tata, Pannonhalma, Györ, Sopron y Nagycenk.

Otras cuatro estaciones austriacas, Burgenland (indeterminada), Bécks (Viena), Melk (con reproducción de la Abadía) y Dürnstein (con su monasterio barroco también reproducido).



Las alemanas, Eisenach, Wartburg y Rothenstein en Turingia, Uelzen en la Baja Sajonia (esta estación es en la actualidad producto de una de las transformaciones más curiosas que pueden hacerse) y Leuchtenburg de Baviera, componen el circuito que pasa por varias salas y el patio central del edificio.

Un recorrido simpático que acaba pasando por la tienda de recuerdos en donde no encontré nada destacable. Una curiosidad para entretenerse un rato.

En la misma calle, en la acera de enfrente y un poco pasada la Ópera, sigue abierto el Muvesz Kavehaz, refugio indispensable para un viajero que huye de los turistas.


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