Me comenta un amigo, que tiene la amabilidad de leerme, que da la impresión de que me he quedado a medias en la entrada de los furgones. Lector perspicaz, tiene razón, ya que la cerré un poco en falso por una cuestión de prisas. Tirando de archivo fotográfico y teniendo en cuenta que estamos en verano, vamos a intentar acoplar el equipaje en una nueva serie de fotos de furgones españoles. Espero que sean del agrado de todos los que me seguís.
Las puertas entreabiertas siempre se prestan a tomas agradecidas. El sillín de la bicicleta y parte de la rueda pueden adivinarse al otro lado del furgón. Las ballestas patinadas suavemente ganan un espacio en este primer plano.
La imagen de ese ferroviario a la espera de que se abra la persiana del furgón, nos es común a todos los que hemos viajado en tren o paseado por las estaciones. Me gusta esa cadena del reloj. Un detalle a tener en cuenta en aquella época en que los jefes de estación los consideraban imprescindibles para el buen funcionamiento de los trenes.
El furgón con departamento de correos y un coche de tercera clase, ambos ex Andaluces. Un ramalazo de magia de Miniaturas Lacalle. Para estar mirando un rato, un rato largo. Y verlos pasar despacio, muy despacio. Háganse unas maniobras y disfruten de la belleza.
Un J-300.00 utilizado como complemento, o sustituto, en ocasiones de los furgones de equipajes propiamente dichos. Fabricado por Electrotren en librea verde y con la rotulación correcta. Otros tiempos.
Uno de los DD-300 de AMF. Prefiero que las puertas correderas sean funcionales, aunque ya sé que no siempre es posible, pero pueden dar más vida a una escena, aunque aquí esté vacía.
Equipajes y bultos. O paquetería como se denomina ahora todo ese conjunto de cajas, cajones, baúles, garrafas y otros artilugios que se incorporaban a los compartimentos de los antiguos trenes.
No sólo se transportaban maletas y bultos. En algunas líneas el furgón hacía de mercante y acercaba determinados productos a otras estaciones de la línea. El encargado del furgón está acoplando los bidones de leche para que no den problemas en el recorrido.
Parece que el Jefe de tren nos recuerda que es hora de partir. Seguramente se ha hecho un poco tarde. Nos vamos.
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