MANUALIDADES

Frente al arte establecido de los expertos diseñadores y montadores de modelos a escala, deben también darse oportunidades a todos aquellos que, de forma artesanal, ¿porqué no llamarla autóctona, o naif? construyen sus modelos guiados más por instinto que por otra cosa. Son modelos queridos por sus propietarios que los enseñamos con atrevimiento en páginas web o que aparecen en mercadillos. La mayoría de ellos no valen nada desde el punto de vista del modelismo, pero tienen el valor de lo ingenuo, de la ilusión puesta en  un modelo, tan grande, que les impide ver sus deficiencias.


Para todas estas personas, entre las que me incluyo, nos viene de perlas esto de la Renfe, porque entre lo que falta  por reproducir en H0, y los apaños constructivos originales que por la escasez de medios y recursos retocaron, modificaron y transformaron todo lo que se podía, podemos disponer de una serie de modelos que sin planos, dimensiones, ni prácticamente otros datos que no sean algunas fotografías, nos permiten pasar un rato agradable, meternos en camisa de once varas y construir reproducciones a nuestro aire con el único límite de que presenten algún parecido.


Maravillosa tradición que conozco desde los años 50 y 60, en donde, con la mejor intención se llegaron a fabricar de forma cuasi artesanal, e incluso fabril, modelos a los que había que ser optimista para reconocerlos como tales comparándolos con el original. Hoy en día esta tradición se sigue manteniendo, bien sea con resinas, maderas, corte láser, impresoras 3D, etc. Como siempre, depende de habilidades y capacidades, por lo que algunos de esos modelos son bastante interesantes y otros bastante deficientes.


Realizar un modelo a escala es algo más complejo. Se requieren conocimientos, medios, técnica y algo más, para llegar a fabricar un ejemplar bien terminado. Ese ALGO que incluso algunos de los fabricantes no son capaces de hacer. Los apaños, los corta y pega, las transformaciones, no dejan de ser curiosas e incluso interesantes, pero ni son un arte, ni deben ir más allá del asunto para el que fueron concebidas, que no es otro que el disfrute personal de su autor.


Por mucho que siempre haya a quien le parezcan maravillosas realizaciones, y algunas lo sean, al no tener capacidad para poder fabricarse de forma industrial, no pasan de ser modelos anecdóticos, pero no por ello menos necesarios, ya que gracias a esas modestas realizaciones el modelismo ha ido avanzando. Con las nuevas tecnologías y el ingenio de los aficionados es posible disponer de una serie de piezas y elementos a pequeña escala, precisos para todas estas modificaciones, que nos permiten seguir disfrutando de nuestra afición. A todos ellos, muchas gracias por vuestro trabajo.

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