Paul Delvaux, un pintor belga no excesivamente conocido, clasificado como realista mágico, surrealista, pero que empezó siendo expresionista, estuvo siempre atraído por los trenes desde que de pequeño contempló los tranvías de Bruselas.
Esta atracción por los trenes se plasma en sus cuadros desde que comienza a pintar. Una de sus primeras obras del año 1922, de carácter expresionista, "Vue de la gare du quartier Leopold", ya incluye el ferrocarril como motivo, en este caso principal, de la composición.
Es en los años 50 del siglo pasado, cuando encuadrado dentro del surrealismo, aprovecha la atmósfera de las estaciones para crear una sensación de vacío o soledad respecto al personaje principal de la escena. Realmente, la única relación con el surrealismo en estos cuadros es la diferencia de tratamiento en la luminosidad entre el frente y el fondo, en los que no coinciden la claridad del paisaje con los cielos con luna o al revés.
En muchos de sus cuadros aparecen trenes y tranvías. En España puede verse "El Viaducto", en la colección de Tita Cervera en el Museo Thyssen-Bornemisza.
Para mi gusto "Solitude", "La gare forestier" o "Trains du soir", son los tres cuadros más representativos de esta afición por los trenes en el período surrealista.
Una curiosidad más en la "cultura ferroviaria".
Una curiosidad más en la "cultura ferroviaria".
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