Si hay algo que caracteriza nuestra afición es que es visual. Con independencia del camino elegido para disfrutar de ella lo que hacemos fundamentalmente los aficionados es ver, mirar. Lo mismo da que sean trenes reales, que modelos a escala, lo que hacemos es verlos, mirarlos, fotografiarlos, filmarlos, dibujarlos o pintarlos. Observar es lo que caracteriza nuestra afición. Observar que la reproducción a escala es correcta. Observamos los techos, las cajas, los bogies, el interior, el color de la librea, la rotulación y hasta los remaches que para todo hay. Y si falla algo, ya nos estamos quejando, indignando, protestando, e incluso atacando al fabricante que no ha percibido ese importante detalle capaz de descalificar al modelo.
Pero nunca he visto a nadie que reproche la falta de calidad de reproducción de las maquetas por las que ruedan esos trenes. Es algo curioso, porque es lo que mas se ve. Nadie entra en valorar los fallos de trazado, las estaciones imposibles, la mezcolanza de modelos, épocas o administraciones. La escasa, cuando no nula, adaptación a un paisaje real, la sobresaturación de vías, edificios y escenas que poco o nada aportan a una instalación ferroviaria. Nada, parece que ese continente necesario para soportar el trazado de las vías solo es algo complementario, innecesario, que solo sirve para aportar un relleno más o menos anecdótico en función de los gustos del aficionado que lo construye.
Fotografía de la maqueta de Soumagnac de D.Buraud. Colección de G.Gibri |
Pero no es así. A lo largo del tiempo he tenido ocasión de contemplar un número bastante elevado de maquetas ferroviarias dentro y fuera de España, y bastantes más en revistas especializadas alemanas, inglesas, francesas y norteamericanas. En todas partes cuecen habas, no es que aquí tengamos la exclusiva del horror paisajístico, pero estamos por ahí, en primera línea. Comprendo que no es fácil emular a los grandes especialistas en paisajismo a escala. Algunos de ellos son profesionales que viven de esto, trabajando también para estudios de arquitectura, museos, etc. Los medios y materiales con que cuentan no son los de cualquier aficionado medio, pero si que es posible intentar mejorar conceptualmente, en lo que debe ser el planteamiento y desarrollo de una maqueta ferroviaria moderna, acorde con el tipo de material a escala que existe actualmente.
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Es de todos conocido que se imparten por parte de comercios, fabricantes e incluso aficionados, cursos para aprender a diseñar trazados, digitalizaciones de circuitos, planos, normas Nem, espirales, colocación de las vías, etc, etc. Todo esto requiere inversiones importantes en material que, sinceramente, son innecesarias en muchos casos, porque el espacio disponible en una instalación casera no justifica ese tipo de trazado o circuito.
Por otra parte, los fabricantes de elementos decorativos cada vez rizan más el rizo de lo imposible para seguir vendiendo sus productos y, lógicamente, a muchos aficionados les resultan llamativos los tiovivos, las ferias y una gran cantidad de elementos absolutamente innecesarios a la hora de diseñar una instalación ferroviaria.
Por otra parte, los fabricantes de elementos decorativos cada vez rizan más el rizo de lo imposible para seguir vendiendo sus productos y, lógicamente, a muchos aficionados les resultan llamativos los tiovivos, las ferias y una gran cantidad de elementos absolutamente innecesarios a la hora de diseñar una instalación ferroviaria.
Pocas maquetas han salido de estas actividades que dispongan de un nivel de coherencia acertado entre el material móvil y la instalación a escala. Y es que es difícil. Los aficionados queremos disponer de casi todo lo que se fabrica. Queremos grandes expresos, mercantes de cuarenta vagones, estaciones con edificios grandes, placas giratorias y depósitos para carbón, diesel y eléctricas, estaciones de clasificación, lo queremos todo, compramos de todo y en muchos casos formamos un pastiche imposible de digerir desde el menor punto de vista estético. Nos hemos gastado un dineral y tenemos un bodrio.
¿Qué hacer entonces?. ¿Renunciar a nuestra afición?. ¿No comprar más locomotoras, coches o vagones?. Nada de eso. Hay que guiarse por algo bastante complicado porque es difícil, la coherencia. Y para guiarse por la coherencia tenemos que ser realistas y valorar de qué medios, de todo tipo, disponemos para ajustarnos a ellos. Esta forma de hacer las cosas es lo que llamo la filosofía de la maqueta ese ver para creer que encabeza el título de este artículo.
Fotografía de JB. Gabrielle de una maqueta de Joseph Brandls |
La reflexión es lo que nos va a permitir disponer de un montaje homogéneo y coherente adaptado al espacio disponible. La información escrita y gráfica nos dará la capacidad de copiar o imitar tanto el paisaje como las composiciones de trenes que deberán discurrir por nuestro trazado. Deberemos elegir cuidadosamente no únicamente locomotoras, coches y vagones sino edificios, árboles, farolas, señales, personas, coches, todo aquello que tenga relación entre sí y que ayude a definir perfectamente una época, un paisaje y una sensación de conjunto uniforme al espectador.
La diferencia no es hacerlo bien o mal, la diferencia es hacerlo de forma que sea creíble. Lo mejor casi nunca es lo más grande. Una pequeña explotación con una ambientación perfecta, además de una obra de arte en miniatura, es una satisfacción para su autor. Lo más difícil.
https://youtu.be/2cctGwxM2hU. La gare de Luzy de Renaud Yver
Modelos a escala de buena calidad de reproducción y un tema paisajístico adecuado y real es lo que se entiende por modelismo ferroviario a escala. Disponer de una buena base documental es imprescindible para poder conseguir este efecto. Lo demás es otra cosa, que merece todo el respeto para el que la construye y la disfruta, pero no puede entenderse como modelismo en sentido estricto.
Como es lógico, no he querido ilustrar con fotografías de horrores modelísticos esta entrada, aunque sean muy frecuentes, para que nadie se moleste y/o pueda identificarse con una fotografía de su instalación, módulo o circuito. Todos cometemos errores en el desarrollo de nuestras maquetas pero, intentemos eliminar los horrores. Nuestros ojos nos lo agradecerán.
https://youtu.be/2cctGwxM2hU. La gare de Luzy de Renaud Yver
Modelos a escala de buena calidad de reproducción y un tema paisajístico adecuado y real es lo que se entiende por modelismo ferroviario a escala. Disponer de una buena base documental es imprescindible para poder conseguir este efecto. Lo demás es otra cosa, que merece todo el respeto para el que la construye y la disfruta, pero no puede entenderse como modelismo en sentido estricto.
Como es lógico, no he querido ilustrar con fotografías de horrores modelísticos esta entrada, aunque sean muy frecuentes, para que nadie se moleste y/o pueda identificarse con una fotografía de su instalación, módulo o circuito. Todos cometemos errores en el desarrollo de nuestras maquetas pero, intentemos eliminar los horrores. Nuestros ojos nos lo agradecerán.
Preciosa fotografia de la vaporosa alemana sobre el puente.
ResponderEliminarLa verdad es que hay de todo, personas que son coleccionistas de vitrina, otras que tienen un pequeño circuito de pruebas, y algunas otras con maquetas, y ahi entra lo que tu muy bien explicas, maquetas realistas,y otras sin orden ni sentido.
Saludos.
Gracias por tu comentario. Efectivamente, al final todos somos un poco coleccionistas de vitrina porque no nos caben los modelos en las maquetas o no se ajustan a la época o la Administración. Es imposible disponer de maquetas para todo, y cuando te gusta todo, resulta muy duro elegir. Un abrazo.
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