CHOVE EN GALICIA ?

Algunhas veces máis e outras veces menos. Como la pátina de los modelos ferroviarios. Algo en lo que parece que nunca nos ponemos de acuerdo. Patinar modelos ferroviarios, aunque no sea obligado, unas veces es conveniente, otras necesario y en algunas ocasiones imprescindible. En aquellos modelos que por su calidad de presentación y acabado da un cierto pudor patinar, o bien no se tocan, o se encarga el patinado a un excelente profesional que explique antes de hacer nada como va a quedar el modelo. Cuidado. 


Los fabricantes de modelos rara vez los producen patinados. Es lógico, este trabajo requiere una dedicación manual que encarece todavía más el producto. Queda pues a criterio del comprador si se decide a realizar esa pátina o no. La mayoría de los aficionados no la realizan por distintos motivos, pero otros sí. Y aquí empieza el debate. ¿Hasta dónde? ¿Cuanto? ¿Qué criterio se puede utilizar? ¿Son las fotografías fiel reflejo de la realidad?


Voy a expresar una opinión personal que no sé a cuantos satisfará. Como ya he dicho en alguna ocasión, una de las cosas que considero importantes dentro del modelismo es la estética. Esto obliga a observar atentamente, para poder traspasar al modelo la realidad. Hay, pues, que remitirse a ese hecho incuestionable. La realidad.

Pátina de uso realizada por Fernado Díaz sobre un kit de latón montado y pintado por él mismo.
Entramos en la primera cuestión. ¿Hasta dónde? Hasta donde haga falta de acuerdo a la realidad. 
Y ahí está la dificultad. Patinar, no es envejecer, no es oxidar, es simplemente ensuciar para que sea real. Para que no tenga ese brillo plástico que se nota mucho. Y eso es algo que hay que aprender a base de mirar, de fijarse y de recordar lo que se ha visto y conocido.


La siguiente pregunta, ¿cuánto? tiene una respuesta fácil. Lo imprescindible.
La mayoría de los coches, vagones y locomotoras que están en uso tienen la suciedad normal de un movimiento cotidiano. Porque cuando los vehículos se usan, en función de su utilización, se limpian siguiendo unos criterios prefijados. Por lo menos en mis épocas, la III y la IV.
Por tanto, según sea el vehículo e incluso el modelo y el uso, nos encontraremos con distintas escalas de suciedad, pero todas deben de estar de acuerdo con la realidad de ese uso, sin sobrepasarlo.
Lo que no debe estar es brillante. Por lo menos, lo que no debe estarlo. Ahí se acaba el asunto.


Si se quiere patinar un vehículo porque se supone que llueve mucho y está muy sucio por esa lluvia, cosa que me parece bien, habrá que ensuciar más. Pero es porque se habrá elegido así, no porque sea su estado normal. Al día siguiente el coche, cuando vuelva a prestar servicio, volverá a estar limpio. Mejor o peor, es otra historia. Si esa composición se va a dedicar siempre a una zona lluviosa me parece bien que se marque más,  pero entendiendo que queda remitida a eso. Hay que valorar si más adelante se va a querer disminuir ese nivel de suciedad, porque según como se haga se podrá rebajar o no.


La proliferación de pinturas y técnicas de modelado se han incrementado notablemente gracias al modelismo estático de figuras, aviones, carros de combate, etc. Nada que ver con el modelismo ferroviario. Su utilización y aplicación en nuestros modelos pueden remitirse a unos cuantos casos específicos de abandono, desguace y liquidación de vehículos o edificios, pero poco más.


En una red ferroviaria activa el material no está tan oxidado como aparece en algunos modelos, ni tan sucio como para que determinados elementos o partes de los vehículos no sean perfectamente visibles, legibles o manipulables, porque es absolutamente necesario que así sea. No puede entenderse que se utilicen coches que parece que se caen a trozos, o locomotoras con partes móviles tan oxidadas que, solamente al verlas, sería motivo de expediente para el responsable de mantenimiento. Es cierto que en las épocas más recientes los grafiteros ensucian excesivamente, pero eso es otra cuestión.


Determinados elementos o piezas de locomotoras, coches y vagones deben estar medianamente limpios porque se repasan, se engrasan y se abren y cierran con asiduidad. Se ensuciarán como consecuencia del uso normal y debemos dejarlo así. Caso de parabrisas, frontales, techos, rejillas de ventilación, radiadores, etc. Podrían verse rasguños oxidados en bordes de portezuelas o elementos móviles, pero a escala H0 serían inapreciables. Es habitual que en determinados tipos de vagones encontremos desconchones, golpes, descarnados, como consecuencia del uso cotidiano, pero no vamos a encontrar esos niveles de oxidación y maderas despintadas y envejecidas que parecen ser del gusto de algunos, excepto, como ya he dicho, en vehículos abandonados o desechados.

Recalentamiento en un bogie. Pátina de Lele Contino.
El tercer interrogante corresponde a si debemos acogernos a las fotografías como elemento físico para sentar un criterio. ¿Son las fotografías fiel reflejo de la realidad? La respuesta es, no.
Las fotografías, sobre todo en el caso de las antiguas a color, no tienen mucho que ver con el color real de lo fotografiado. Cada marca de carretes y cada laboratorio fabricaba y revelaba con un determinado estilo y técnica, por no hablar de los fotógrafos profesionales y aficionados que revelaban ellos mismos. Podía darse el caso de que la misma fotografía, con la misma cámara, con los mismos parámetros de enfoque, velocidad, diafragma, etc, saliese con un color diferente en función de la marca de película o de utilizar film para diapositivas. En consecuencia no son excesivamente fiables y, por ejemplo, zonas que vemos rojizas en esas fotos, no significa forzosamente que estuviesen oxidadas. Actualmente con la fotografía digital todavía podemos fiarnos menos, por la facilidad que existe para recomponer una fotografía de acuerdo a nuestros deseos. Tampoco las películas, por lo mismo. No he conseguido ver un solo vídeo de Archivo Ferroviario en YouTube que tenga el color normal. Es una lástima.

La suciedad habitual se forma siempre de la misma manera. Aunque el material sea diferente basta con darse una vuelta por las estaciones y observar. Pero como a chuvia, el patinado nunca cae ao gusto de todos. Iso é o que din, non?

1 comentario:

  1. Nunca choveu que non escampase.
    Tierra maravillosa Galicia, por motivos laborales estuve cuatro meses en Ferrol, a Coruña y Lugo y no me importaría vivir allí sinceramente.
    Muy ferroviaria la quinta fotografía de los 7000's.
    Un saludo.

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