¿QUÉ LE PIDO A UN MODELO A ESCALA H0?

Cuando se empieza con esta afición desde niño, al principio no se pide nada más allá del modelo deseado. La exigencia surge cuando la afición se depura como consecuencia del aumento del conocimiento y el paso del tiempo. Ya no se trata de ver pasar trenes, sino de ver pasar trenes lentamente y disfrutar de los modelos. Es, por tanto, una pregunta indeterminada porque no a todos los modelos se les puede pedir lo mismo, por eso creo oportuno diferenciar entre las distintas posibilidades que nos ofrece el modelismo.  Todos hemos leído o escuchado en diferentes ocasiones que tal o cual modelo está mal reproducido, que si no está a escala, que le faltan detalles, que no rueda bien, etc. Yo mismo, desde este blog, me he quejado de estos defectos en algunas ocasiones, por lo que encuentro coherente explicar que le pido yo a los modelos para que no se me considere un angustias quejicoso. No se puede exigir lo mismo a un modelo de gran tirada que a uno de serie limitada o de gama alta. Voy a comenzar utilizando las locomotoras 2100 como ejemplo de un caso concreto para un modelo de locomotora de gran tirada.

Estas locomotoras han sido denostadas por algunos aficionados por la excesiva altura sobre el carril, cosa que es cierta.  No discuto la diferencia de altura, ni ningún otro detalle que pueda considerarse inapropiado, pero partiendo de la base de que todo lo que circula por una maqueta es forzosamente inexacto si lo comparamos con la realidad, cualquiera que sea la escala empleada, entrar en discusiones bizantinas de milímetros de diferencia en alturas sobre carril me parecen absurdas cuando es imposible reproducir con total exactitud cualquier modelo. ¿Qué le pido entonces a un modelo de gran tirada y precio medio/bajo que debe rodar por una maqueta?

Un modelo de estas características, bien hecho, además de funcionar correctamente, debe transmitir el concepto visual de que es real. Como es una representación de un objeto real, se le debe pedir que transmita esa sensación de realidad. La imposibilidad de reproducir a escala todos los detalles del objeto real, obliga a elegir los más representativos de todos los existentes que sean factibles de reproducirse en la escala del modelo, pero esos deben ser correctos. La cantidad de detalles, aparte de la imposibilidad técnica de reproducción funcional, que quedan sin incluirse es mayoritaria. Algunos de los detalles que vemos, deben estar a diferente escala de la elegida para que sean visibles. Sirvan de ejemplo el grosor de muchas barandillas o el ancho de llantas y alto de pestaña, que son imposibles de mantener a escala con el fin de evitar los descarrilamientos que se producirían si fuéramos rigurosos. En este caso las dimensiones deben ser inversamente proporcionales, cuanto más pequeño sea el modelo mayor deformación, para que puedan rodar sin descarrilar. Si fuéramos rigurosos con esas medidas y las cumpliéramos a escala, todos descarrilarían.
Por tanto las valoraciones milimétricas a escala, en mi opinión, son relativas, sobre todo si tenemos en cuenta que estos modelos están motorizados y deben realizar una serie de movimientos similares a los del objeto real. Téngase también en cuenta que la vía sobre la que van a circular no se parece en nada a la real, y mucho menos los aparatos de vía, por no hablar del ancho ibérico, cuya inadaptación descalificaría a cualquier modelo que no lo respetase.
Me parece más importante la calidad del plástico y de los materiales utilizados en las distintas piezas que conforman el modelo a escala, porque esto sí que se aprecia de forma visual y táctil inmediatamente. Un material de calidad muy baja, unos colores inapropiados que obligan a pintar para conseguir los tonos adecuados a la librea, rebabas, defectos de impresión, de molde o de montaje, piñones defectuosos, no son asumibles en un modelo aunque sea de gama media/baja.

En cambio, las dimensiones de ventanas, puertas, rejillas, radiadores, cajas de baterías, bogies, etc, si deben ajustarse a la escala todo lo posible puesto que son los elementos externos mas visibles, básicos para identificar el modelo real y su reproducción a escala.
La motorización de la mayoría de estos modelos comerciales es estándar, utilizan el mismo motor para diferentes ejemplares, aún así, es fundamental colocar el motor en una ubicación adecuada sin alterar excesivamente sus medidas generales. Esta alteración en un  modelo de plástico de gran tirada tampoco es excesivamente importante si no lo deforma notablemente, porque lo que sí es importante, en mi opinión, es que el aspecto final del modelo coincida con el objeto real y además funcione, lo que obliga al fabricante a cumplir con los parámetros de medida de orden general.  Conviene recordar la cantidad de locomotoras de vapor a escala que han llevado el motor en el tender. Otra cuestión es la inclusión de determinados elementos, que también hay que alojarlos en el interior sin alterar esos parámetros, ya que son necesarios para poder desarrollar algunas funciones complementarias que ya demandamos en los modelos, como luces y sonidos. Si además los fabricantes nos pueden añadir unos cuantos detalles que nos hacen el modelo más creíble y parecido al real, pues miel sobre hojuelas, pero no exageremos nuestras exigencias porque a veces son irrealizables.

Por otra parte, la globalización de la economía ha modificado enormemente los sistemas de producción, y ya nada de lo que conocimos en nuestra juventud o infancia es como era en esas épocas. El mantenimiento del nombre de las marcas corresponde, en muchos casos, a un aspecto comercial más que real. Como todos sabemos Electrotren, Jouef, Lima, Liliput, han entrado a depender del grupo Hornby perdiendo las características peculiares de cada una de estas marcas por separado. La producción de todas ellas se hace en China con niveles de calidad diferentes para cada una, pero muy alejados de los que tuvieron en su momento cuando eran independientes. Algo parecido ha ocurrido con la absorción de Fleischmann por Roco, etc, etc. En estas operaciones unas veces ganamos los aficionados y en otras perdemos. Ganamos producción de locomotoras en Electrotren, marca que no las fabricaba prácticamente, perdimos en renovación de material remolcado, en el que sólo ganamos, cuando los modelos son compatibles con los de otras Administraciones ferroviarias europeas.

Por todo esto, a la vista de las fotografías anteriores, a pesar de todas las pegas que se le quieran poner, este modelo a escala de la 2100 da una imagen bastante correcta de la locomotora real, y no desentona  cuando la vemos con distintas composiciones. Eso es lo que le importa tanto al fabricante como al gran público, que es para quien esta fabricada.

Conclusión. Me transmite la idea general del modelo real. El precio es asequible y me permite toquetear, pintarrajear y modificar algunos elementos con lo que me entretengo un poco más. Se le puede adaptar sonido. Es un modelo aceptable que cumple con mis expectativas de relación Calidad/Precio. No le pido más. Ni posiblemente puedo pedírselo.

¿Qué luego algunos aficionados exigentes y meticulosos quieren hacer sus retoques? Adelante, cada uno es libre de hacer con sus modelos lo que quiera y mejorarlos y superdetallarlos. Pero hay que tener en cuenta de dónde se parte y quejarse lo justo. Nunca algo de dos será lo mismo que de dos mil dos.
Dejo para más adelante las piezas de gama Medio/Alta, las de gama Alta y los modelos artesanales a los que exijo unas condiciones bastante distintas a estos de gama Media o Medio/Baja.