Con la catenaria sobre la cabeza, más que anuncio, certeza de una muerte próxima, una de las últimas Mikados se prepara para prestar un nuevo servicio. Tren Ómnibus, llamado así pomposamente, lo que antes era un simple Correo con parada en todas las estaciones. Extraña suerte la de estas locomotoras, nacieron anticuadas, fueron perdiendo en muy pocos años los servicios de prestigio para sobrevivir haciendo ómnibus, rutas, mercantes... y terminar apagando fuegos demasiado jóvenes.
Y, sin embargo, posiblemente han sido una de las más identificativas de la época del vapor en RENFE. Puede ser que a mí me lo parezca, porque, entre todas las locomotoras españolas, es mi favorita.
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