La limpieza y aseo de las locomotoras correspondía a la pareja de maquinista y fogonero. Es cierto que en algunos depósitos se tomaban muy en serio el tener sus locomotoras perfectamente limpias e incluso con alguna decoración específica que la identificaba como perteneciente a ese en concreto. Anualmente se daba un premio a la pareja que tuviera su locomotora en mejor estado de limpieza y mantenimiento. Para aquellos maquinistas y fogoneros que lo ganaron va dedicada esta fotografía.
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