IDAS Y VUELTAS: LA PÁTINA DEL MATERIAL RODANTE

Que el material rodante envejece es algo obvio. Hasta hace relativamente poco tiempo los fabricantes vendían el material impoluto, como es lógico, recién salido de fábrica. Esta costumbre se está alterando por el deseo de muchos aficionados de ver sus modelos con un aspecto más próximo al real, menos brillante y con algunas señales de uso. Esta decoración de los modelos es lo que llamamos patinado.

El problema que presenta esta decoración es que no puede hacerse en serie, en fábrica. Se requiere de la mano de un especialista que, con mejor o peor criterio, ensucie los modelos dándoles el aspecto de usados. Si la demanda es alta, la producción artesanal se reconvierte en una producción semi fabril incorporando medios materiales (¡Ay, el aerógrafo socializador!) que permiten acelerar el proceso. En algunos casos, de la habilidad del autor y de la valoración económica de la empresa fabricante depende el resultado final, que no siempre es el acertado. Con independencia de esto, el número de modelos que no están patinados es altísimo y los aficionados tendemos a patinarlos por nuestra cuenta como mejor sabemos. En esta búsqueda de aprendizaje de técnicas de patinado incluso hay quien me ha consultado a mí que, como no soy un experto, no me he atrevido ayudarle. Espero que lo entienda.

Existen vídeos en YouTube sobre el patinado de modelos realizados por personas que llevan tiempo dedicados a estos menesteres sobre toda clase de reproducciones militares, arquitectónicas, figurinistas o de cualquier otra índole. Ofrecen trucos, consejos, enseñan técnicas, etc. En mi opinión, muy pocos son capaces de reproducir con exactitud el patinado ferroviario. ¿Por qué sucede esto?

El material militar sufre un desgaste, una erosión y unos desperfectos que no son los de unos coches y vagones que no se maltratan por sistema. Las técnicas para pinturas de camuflaje no son aplicables en nuestro caso, ni la oxidación excesiva, ni el embarrado. Nada de eso cabe en un coche de ferrocarril. No se trata de pintar una figura, ni un avión o un barco. Tampoco es el tipo de pátina que se debe dar a edificios o construcciones, porque en estos casos influyen numerosos factores, como el tipo de materiales a imitar, incluido el deterioro debido al grado de mantenimiento de los mismos. Lo único que se me ocurre similar sería patinar automóviles. Y no es frecuente encontrar automóviles de colección patinados.

Estamos hablando de materiales normales, cotidianos, chapa, pintura metálica, lonas, maderas tratadas, hierro, acero... Materiales, en fin, que se ensucian con el uso diario, como nuestro coche. Que se limpian, no diariamente pero sí habitualmente, como nuestro coche. Que se repasa en un taller, como nuestro coche. Por tanto, si su coche no está oxidado, ni con los faros rotos, ni tiene habitualmente el parabrisas sucio o los bajos embarrados y grasientos, si no está machacado a arañazos y además duerme en la calle, tiene usted un ejemplo perfecto de hasta dónde y cómo puede ensuciar un coche de viajeros ferroviario. Se trata simplemente de quitar el brillo plástico muy sutilmente. Inténtelo con aguadas sucias. Elimine lo que considere que sobra. Valore que estos coches se repasaban a diario tras hacer el recorrido. Suciedad de uso, suciedad de paso, polvo, poco más. La lluvia mezclada con el polvo del recorrido es lo más sucio que se debería encontrar en un coche de viajeros.

Las locomotoras deben tener un tratamiento diferente. Las de vapor estaban muy bien conservadas en líneas generales, aunque no todos los depósitos fueran iguales. Eso no significa que las bielas estén oxidadas, las parrillas calcinadas, o que suelten chorros de calcificación por las tuberías. Deben existir piezas engrasadas, mezcladas con la carbonilla lógica, alguna mancha de fuel, la suciedad residual del toqueteo de algo que siempre está en contacto con carbón, grasa, fuel, etc. Esas locomotoras amarronadas por el óxido solamente se han visto así cuando estaban condenadas al soplete. Aunque se desconozca, o no lo parezca, se estaban limpiando habitualmente. Unas piezas que giran, un eje que entra y sale, no pueden hacerlo si están oxidadas.

Las locomotoras eléctricas deben tener un tratamiento diferente en función del modelo. En la parte superior de techos y capots debe acumularse el polvo en mayor cantidad. Deben quedar algunos rastros debidos a condiciones meteorológicas como lluvia mezclada con el polvo en rincones y zonas de escaso acceso. Los pantógrafos también deben ensuciarse, así como los faldones de los frontales disminuyendo la intensidad de abajo hacia arriba. El resto de la carrocería como los coches de viajeros exceptuando algún punto concreto, escalerillas, peldaños. Los bogies con el polvo del camino, algo marcados algunos elementos metálicos y limpios los puntos de control.

Las locomotoras diesel tendrán una pátina parecida a las eléctricas, sustituyendo el tipo de suciedad en el techo por la debida a los escapes del motor. Residuos de humo con difuminados en esas zonas, lavados de suciedad, son recomendables para los techos y laterales. Los frontales lo mismo que las eléctricas. ¿Algún resto de fuel en las bocas de los depósitos? ¿Su coche chorrea cuando le pone gasolina? Alguna vez puede ser. Poco más. 

Los vagones admiten múltiples posibilidades en función del tipo de carga. Hay que ver cúal es el modelo, para qué se usa, por dónde circula, etc. Se debe tener en cuenta que las maderas, chapas, refuerzos, bastidores, están pensados para que aguanten las cargas para las que están destinados. A no ser que surjan problemas durante el viaje, no es normal utilizar vagones defectuosos o en malas condiciones. Todos esos envejecidos extremos de maderas rotas o al descubierto en techos, laterales o testeros solo valen para material en estado de abandono. Un detalle para una vía muerta. Al igual que en los coches eliminaremos el brillo plástico en techo, caja y bastidor, aplicando una aguada en función de su carga. Suciedad sutil. Se debe procurar no patinar de forma uniforme los coches y vagones para que al formar una composición se vean diferentes. 


 En épocas recientes el mantenimiento del material ferroviario ha sufrido el acoso de los grafiteros, la falta de personal y la reducción de costes con lo que ello conlleva de pérdida de calidad. Determinado tipo de material está en peores condiciones que antiguamente por las razones anteriores, por haber llegado a la fase final de amortización u otras que ya se me escapan, con lo que algunas de estas recomendaciones pueden verse afectadas de forma más intensa. Pero, en líneas generales, estas suciedades sí son aplicables a los modelos que circulan habitualmente en la actualidad.

¿Cómo hacerlo? La gran pregunta. Pinceles, pinturas, esponjas, algodones, palillos, lijas, papel, tela, infinitos elementos para poder trabajar. ¿Pinceles, aerógrafos? Cada uno de nosotros es un  mundo. Hay que probar y ver en qué se tiene habilidad y qué queda bien. Y, a partir de ahí, cada uno a lo que quiera. En internet hay miles de patinados horrorosos que tienen miles de seguidores porque en gustos no hay nada escrito.

Creo conveniente ensuciar y limpiar. Poner y quitar. Marcar algún punto concreto y dejar una película muy fina de forma general. Ensuciar con algo más de intensidad bajos, bogies y faldones. Tener en cuenta el color del balasto a la hora de trabajar en los bajos. Deformar bordes y/o paredes de vagones de carga para material a granel duro como carbón, piedra, mineral, escorias, chatarra, etc. con pequeños retoques pertinentes y muy concretos. Atender, más que a la edad del material, a la fecha de la última revisión. Ésta nos orientará sobre cuanto se puede haber degradado la pintura. Fiarse más de la realidad cotidiana que de las fotografías

Yo sé que hay un señor en Inglaterra que hace una mezcla de pintura para patinar locomotoras de vapor que convierte a una birria de plástico en una joya del acero. Pero no dice cómo lo hace. 

En Alemania hay un señor que ensucia los modelos como no he visto a nadie hacerlo. Tan real que parece imposible. Pero no dice cómo lo hace. 

Ningún artista excepcional explica detalladamente cómo desarrolla su arte. Posiblemente porque es algo tan natural para él que ni sabría como contarlo. 

Las habilidades no son de todos, algunas de muy pocos. Conformémonos, practiquemos, observemos la realidad, pongamos manos a la obra con paciencia y, seguramente, alguna vez haremos algo que esté bien. Mientras tanto habremos ido aprendiendo y divirtiéndonos simultáneamente. Algo que no está al alcance de todo el mundo.

NOTA INFORMATIVA. He puesto las fotografías de mis patinados, no porque piense que están bien, sino porque no quiero molestar a nadie poniendo ejemplos de los que, en mi opinión, están mal. Prefiero dar una satisfacción a todos los que quieran criticarme. Los haré felices y a mí me da igual.

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