El sol de media tarde se apodera de la estación. Las vías vacías esperan en una especie de modorra lenta que vaya pasando la tarde hasta que aparezcan las ratonas empujando coches y furgones para el expreso nocturno. El viejo automotor se cuece al sol y un maletero se encarga de acercar el equipaje de unos viajeros que se refrescan en la cantina dejando pasar el tiempo hasta la salida del directo.
Es una imagen de otro tiempo. Cuando los viajes en tren no estaban sumidos en la impaciencia de las prisas, los móviles no sonaban en los compartimentos y los negocios se hacían a la llegada, sin conversaciones a gritos.
Más lentos, más humildes, más pobres, con más educación, más respeto. Hasta en tercera clase. Otro tiempo.
Como en anteriores ocasiones, felicidades por la excelente imagen. Una vista muy real del mundo 87 veces más pequeño que el nuestro.
ResponderEliminarOtra imagen para guardar.
Gabriel
Muchas gracias. Es una satisfacción recibir este comentario de una persona que es capaz de crear unos modelos tan espectaculares como los tuyos.
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