IDAS Y VUELTAS: LAS CARGAS MÁXIMAS

En la explotación de las maquetas nos olvidamos con una cierta frecuencia de que los trenes van y vuelven. Y no siempre van como vuelven, porque los trayectos de ida y vuelta, al ser de punto a punto, tienen el recorrido invertido. Cuando un tren va desde un punto A a otro B, lo hace recorriendo no solo una distancia sino también un perfil. El punto A estará en una cota y el punto B en otra diferente por lo que se producirán subidas y bajadas, rampas y pendientes, que no tendrán los mismos gradientes en un sentido que en el otro. Las cargas máximas que se podrán transportar se tendrán que adaptar a ese perfil de línea, pudiendo darse la circunstancia de que el tren ascendente tenga distinta composición que el tren descendente. 

Esta particularidad nos puede permitir formar composiciones ligeramente distintas para un mismo tren, bien sea por el número de coches y vagones o por las dobles, e incluso triples tracciones que podrían llegar  a realizarse. En el caso de los trenes de mercancías, por ejemplo, con vagón cargado podrán llevar un determinado número de ejes y, de vuelta con vagón vacío, el número aumentará considerablemente. Todos hemos visto pasar ese tipo de composiciones.

Cuando algunos aficionados se quejan de la falta de capacidad de tracción de las locomotoras en sus maquetas, suelen estar en el caso de haber superado las cargas máximas que admiten, bien sea en llano o en rampa. Puede que las rampas sean excesivas o puede que el número de coches o vagones también lo sea, incluso ambas cosas simultáneamente. En cualquiera de esos casos habrá que recurrir a rebajar las cargas o dar doble tracción, aunque lo ideal, pero no probable, sería disminuir los gradientes para forzar menos los motores de las locomotoras, aunque se utilice la doble tracción.

La doble tracción, en analógico, es conveniente hacerla con locomotoras del mismo modelo. Aunque exista una pequeña diferencia de potencia en los motores prácticamente no se notará. Se engancha una tras otra, sin más. En digital, las locomotoras se pueden llevar por separado o con la misma dirección para ambas. Yo las llevo separadas, cada una con un mando, resulta muy divertido, por ejemplo, mantener tope con tope los ABJ durante su recorrido sin que vayan enganchados. Algo parecido a lo que ocurría en la realidad cuando iban dos juntos y enganchados, pero para mantener la velocidad del conjunto sus conductores se comunicaban por medio de pitidos. Por el mismo sistema se puede dar la doble por cola empujando. No hay que ponerse nervioso manejando los dos reguladores. Merece la pena probar.

También deberemos disponer de vagones vacíos en nuestras maquetas, puesto que tendremos que formar trenes sin carga. Estos vagones quedan relegados a los abiertos y plataformas en todas sus versiones, puesto que los cerrados no contienen carga alguna en la mayoría de los casos. Se debe intentar, en la mayor medida posible, que las cargas se puedan quitar con el fin de no necesitar duplicar el número de vagones. Los trenes formados por coches de viajeros tendrán que disminuir el número de los mismos en función del gradiente, sin que exista otra alternativa más que doblar la tracción.

Puede ser que nuestra maqueta no tenga grandes rampas, ni requiera de dobles tracciones, pero tendremos que figurar que existen, aunque no se vean, porque las composiciones de trenes deben ser acordes a esas cargas máximas, de la misma manera que los trenes con vagones vacíos deben circular por ella.

Evidentemente, una maqueta ferroviaria nunca será una transposición de una línea real por mucho que nos esforcemos. Aunque su explotación tampoco lo sea, podemos figurar modos o formas de asemejarla a situaciones reales sencillas, como es esta, de adaptar nuestras composiciones a las cargas máximas admisibles en la  línea. Algo que además de ser correcto, anima el juego.

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