¿Y los Talgos? Seguramente el Talgo ha sido el modelo que más hemos deseado los aficionados españoles de todos los que se han reproducido a escala. Pero cuando hablamos de composiciones casi nunca salen a relucir los Talgos. Sin embargo en esta treintena de años los Talgos se desarrollan de una forma exponencial partiendo de aquellos Talgo II, primigenios y condenados a su desaparición a causa de su irreversibilidad, hasta inaugurar en 1980 el primer servicio del Talgo Pendular entre Madrid y Barcelona, pasando por los Talgo camas y tras haberse convertido en el único tren TEE del parque ferroviario español.
He podido viajar en todos ellos, cosas de la edad. Recuerdo muy vagamente el coche fumador del Talgo II con aquellos asientos alrededor de las paredes, pero sí que recuerdo tener la nariz pegada al cristal viendo como pasaban las estaciones. Casi estrené el Talgo III, en el primer viaje que hice solo de Madrid a Barcelona y he dormido, comido y, hasta duchado, en todas las versiones, incluidas los pendulares y los patos, pero si debo elegir una serie el Talgo III con las primeras Maffei es mi favorita.
Aunque nunca he visto a los pequeños tractores de Renfe hacer maniobras con un Talgo en una estación, sí que se utilizan, o se utilizaban, en las instalaciones de fábrica y en mantenimiento. Por no colocar un enganche Kadee a un tractor 10300, preferí escoger esta otra alternativa menos real pero más cómoda para mis ratos de juego.
Con el cambio de rodadura se pudo ver al Talgo atravesar la frontera francesa. Muchas exigencias técnicas por parte de los franceses, que finalmente tuvieron que aceptar que el tren cumplía todos los requisitos. Una satisfacción personal poder subirme en Madrid y bajarme en París.
Con algunos de mis trenes Talgo doy por finalizada esta serie de entradas. Hasta otra ocasión.
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