OUI C'EST LA NOBLESSE

Las nuevas tecnologías permiten acometer reproducciones en plástico con una gran cantidad de detalles. Algo que hace unos años nos resultaba difícil de poder contemplar en los modelos asequibles al público en general. Había que remitirse a los modelos de alta gama, o a escalas superiores al H0, para poder observar ese número de detalles que hoy exigimos a todas las marcas comerciales. Es cierto que la evolución en el mundo del modelismo ha aumentado significativamente en los últimos años, poniendo a disposición de los aficionados piezas que, hasta ahora, siempre habían estado reservadas a modelos para los coleccionistas de vitrina.



Entre todas las posibilidades de elección de materiales para la reproducción de modelos, el más noble es el latón. Su nobleza viene dada por ser el material primigenio de los trenes eléctricos antiguos y mantiene esa "Sang Bleu"sobre el metal blanco, el plástico, la resina o cualquier otro material moderno que pueda trabajarse con una impresora en 3D. Los modelos de latón de calidad son apreciados y buscados por los coleccionistas y por los "Connaiseurs", más si cabe si son de RENFE que no es que se prodiguen precisamente en este mundillo.


Debo reconocer que gran parte de mi interés por los modelos de Renfe se debe al descubrimiento de las piezas maravillosas de Carlos Lacalle. En mi opinión, ha marcado un hito en el modelismo español por varios motivos. La calidad de sus modelos es innegable, la continuidad de su producción y el empeño en la mejora permanente, son otras dos cualidades que nos han permitido a muchos aficionados obtener y disfrutar de unos modelos inimaginables a unos precios muy ajustados para ese nivel. Una "rara avis" en el desértico panorama del modelismo español. Menos mal que existe.


A los aficionados nos tiene acostumbrados a sus dos o tres modelos al año. Algo que ni la pandemia ha conseguido cambiar, aunque haya trastocado sus previsiones de entrega. Un profesional.
Estos nuevos coches de Miniaturas Lacalle necesitarían una locomotora digna de acompañarlos y que pudiera ponerse al frente de esta composición. Espero que en algún momento pueda disponer de ella.


En un mundo en donde la profesionalidad ha quedado reducida a la mínima expresión, donde la ignorancia y la banalidad reinan por doquier y cualquier analfabeto funcional puede llegar a ser alguien, incluso importante si así lo deciden las redes, es bueno encontrar a una persona que mantiene unos valores incuestionables, trabaja con honradez y su mayor defecto es querer hacer felices a los demás.
El tiempo pasará. Todos desapareceremos, pero las Miniaturas Lacalle seguirán ahí, piezas de coleccionista, buscadas, rebuscadas. Oui, c'est la noblesse.

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