Durante la década de los años 60, fundamentalmente a partir de 1965, el ferrocarril se encontró con nuevos competidores a la hora de desplazarse por la geografía nacional. Tras el Seat 600, tanto el 850 como el 127, lanzaron a la clase media española a las carreteras con un ímpetu inusitado que no ha descendido hasta la fecha. Los trenes españoles acostumbrados a un tran-tran más bien tranquilo, siguieron manteniendo sus horarios que, como en el que nos ocupa, eran dilatados en el tiempo. El correo 813/814 era un tren de días alternos, que desde Madrid se dirigía a Barcelona y viceversa. Tenía su salida a las 15:00 de Atocha y la llegada a Barcelona estaba prevista alrededor de las 7:50 horas del día siguiente. Un largo viaje.
Este tren presenta la singularidad modelística de que puede reproducirse en H0 en su totalidad. Algo que no siempre es factible. Otra circunstancia llamativa es que la locomotora titular pueda ser tanto una de vapor como una diesel, y las dos estén disponibles a escala H0.
La composición original del tren en 1967, era la formada por un furgón DD-5000, acompañado de un BB-8500 y tres coches CC-5000. En los años 70 la formación pasó a estar compuesta por el furgón DD-5000, un coche mixto AAB-5000 y tres coches de segunda clase reconvertidos BB.4-5000. Ambas podemos reproducirlas. Las locomotoras a utilizar, dependiendo de las fechas, serían una Mikado con calentadores fuelizada, o bien una americana 1900 u otra diesel, una 2100 por ejemplo.
Otra curiosidad de este tren es que era de esos que nunca llegaban a destino porque a partir de un determinado punto la composición se deshacía pasando a formar parte de otro. El tren partía de Madrid-Atocha y nunca llegaba a Barcelona, porque en Ariza se deshacía el convoy. El furgón quedaba en espera, junto con la locomotora, en esa estación para tomar el de vuelta. Los coches se agregaban o disgregaban según correspondía el sentido de la composición transversal de Galicia a Barcelona.
Gracias a esas agregaciones y disgregaciones podemos reproducir este tren adecuadamente para una maqueta casera de tamaño medio. Una locomotora y cinco coches puede resultar una composición asumible en muchas maquetas.
Para mí, que tuve la suerte de no utilizar jamás este tren, lo más llamativo es pensar que el viaje duraba, sin retrasos, unas diecisiete horas de las cuales casi la mitad eran diurnas. Cuando nos preguntamos porque ha triunfado el automóvil deberíamos consultar los horarios de Renfe de esos años. A pesar de las carreteras existentes en esa época y la velocidad media de los desplazamientos, obtendremos fácilmente la respuesta.
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