Si tuviera que definir mi maqueta española de alguna manera, posiblemente debería utilizar aquella canción de Casablanca "Como pasa el tiempo". Ni Rick le pidió a Sam que la volviera a tocar, ni yo desharía lo modificado porque, como ocurre en la vida real, el paisaje cambia, los edificios desaparecen y su espacio es ocupado por otros nuevos o queda vacío. El tiempo, que corre incansable, incluso en las maquetas, va dando lugar a nuevas formas adaptándose al momento y dejando atrás lo que ya queda antiguo o desfasado. El disponer de una colección de fotografías me resulta imprescindible para poder visualizar ese antes y después que, insisto, como en la vida real, me permita recordar un tiempo que ya ha desaparecido.
Un ejemplo muy llamativo en mi estación de Villafranca ha sido el del depósito de locomotoras y su carbonera.
En el origen utilicé un cargadero de tipo alemán que, en ningún caso, se habría utilizado en una estación española. Pero era un capricho, y además, lo veía como un elemento muy industrial. Obviamente seguía influenciado por mis muchos años de maqueta de la DRG. El modelo que me resultaba muy interesante, me recordaba a las cuencas mineras del norte, venía acompañado de la caseta de motores. Dejé al lado izquierdo el espacio suficiente para colocar una carbonera de dimensiones acordes con la torre de carga, unas vagonetas y poco más
La mayoría de las locomotoras de vapor de Renfe que podían necesitar los servicios de esta torre ya estaban fuelizadas. Quedaba ya más como un recuerdo de mejores épocas para el carbón que utilizable, en un momento en el que ya casi únicamente las pequeñas locomotoras tender utilizaban ese combustible.
Pero la grandeza de las maquetas es que te las construyes como quieres. Luego llegan la sensatez y el tiempo obligando a desandar el camino mal emprendido, haciendo reconocer los errores y, además, sirven para seguir entreteniéndote, que es lo importante. En un momento determinado no me quedó mas remedio que admitir que ese cargadero debía desaparecer.
En su lugar apareció una cinta transportadora. Útil más innovador en un país en el que los trabajadores, en aquellos años, transportaban una gran cantidad de cargas de forma manual. El carbón se subía al tender con escaleras y a mano. El trasiego de la carga de carbón en cestillos era lo más habitual, así que colocar una cinta transportadora para cargarlo en los tender me parecía un avance social inusitado, pero aún así, la coloqué.
Esta combinación me sedujo más porque me permitía aumentar el espacio libre para realizar nuevas tomas fotográficas, aparte de poder incluir otros elementos en esa zona, como una caseta de bombeo y unos descalcificadores.
En principio, este era el resultado final de las modificaciones dirigidas más hacia el final de la época III y principio de la IV. Pero el tiempo sigue pasando...
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