¿JUGANDO CON TRENES? LA EXPLOTACIÓN EN UNA MAQUETA. Parte 1.

En el mundo real cualquier tren parte de una estación para llegar a otra. De esta norma solo se apartan las líneas de metro y tranvía circulares y algunas líneas férreas de circunvalación. Sin embargo cuando construímos nuestras maquetas los recorridos están previstos, en la mayoría de los casos, para que los trenes den vueltas y vueltas incumpliendo así la norma básica de la circulación del ferrocarril. Un tren va de un punto a otro punto. Por lo tanto el ideal de una maqueta ferroviaria debería ser reproducir esta situación a escala para asemejarse a la realidad.


Por una cuestión de espacio, incluso a las escalas mas pequeñas, no resulta factible reproducir este recorrido punto a punto y hemos asumido sustituirlo por una profusión de vueltas y vueltas a un óvalo, o a una variedad mas o menos intrincada de óvalo, que por medio de rampas helicoidales, túneles, puentes y ciudades con feria incluida, es recorrido por una variedad de trenes que se esconden en estaciones ocultas y que vuelven y vuelven a pasar siempre en la misma dirección y con la misma composición, frecuentemente sobredimensionada en relación con las instalaciones ferroviarias de la maqueta.
Pero con todo, esto no es lo malo, lo peor es que generalmente ni van ni vienen de ninguna parte. Algo que queda muy distante de lo que es una explotación ferroviaria auténtica. Nada que objetar, cada uno se divierte como le parece y bien está que así sea.


Por otra parte, las maquetas que reproducen instalaciones punto a punto requieren como mínimo una habitación dedicada al tren y, aunque existen maquetas sobre tablero de este tipo, el motivo generalmente corresponde a líneas locales y secundarias con una explotación bastante limitada, por lo que el grado de aceptación por parte de los aficionados es bajo.

Un planteamiento alternativo a esta clase de maqueta sobre tablero con circuito cerrado se ha venido desarrollando desde hace más de 40 años por modelistas americanos y europeos. Son maquetas que reproducen, en función de la superficie disponible, partes concretas de instalaciones de grandes líneas, de líneas secundarias o de vía estrecha. Constituidas por una parte visible con un tratamiento muy cuidado del ambiente y por otra parte oculta, que a su vez sirve para segregar y formar los trenes que irán apareciendo en la parte visible según un orden lógico de explotación ferroviaria. 


Estas maquetas presentan varias ventajas, pues permiten la explotación verdadera, conforme a la realidad, de una línea ferroviaria en una instalación determinada, se adaptan a cualquier espacio (incluso pueden descomponerse en módulos fácilmente almacenables) y posibilitan la reproducción a escala de una instalación real con un detalle y una fidelidad que no es fácil encontrar en una maqueta cerrada.

La superficie de nuestros hogares dificulta para muchos aficionados la posibilidad de disponer de "la habitación del tren". La indiscutible mejora en la calidad de reproducción de nuestros modelos a escala y la abundancia de elementos decorativos acordes al mundo real nos permite reproducir la realidad de una forma mucho mas aproximada. Todas estas circunstancias unidas a la tecnología digital nos aleja de la vieja idea del tren de juguete dando vueltas. 


Pequeñas estaciones término para quien le gusten las maniobras, o de paso para quien disfrute viendo pasar los trenes. Ramales para zonas industriales, estaciones de mercancías o talleres y depósitos de locomotoras pueden ser algunos de los temas que pueden utilizarse como alternativa a una estación. Lo fundamental es intentar reproducir con la mayor exactitud posible el ambiente ferroviario de la instalación, teniendo en cuenta que deberemos permitirnos algunas licencias en los que se refiere a longitudes horizontales. Incluso en pequeños tableros podremos realizar, con habilidad y buen gusto,  maquetas punto a punto si preferimos los tráficos locales o los trenes de vía estrecha.


¿Qué es necesario para poder adaptar nuestra maqueta y su explotación a la realidad ?. 
Resulta imprescindible diseñar acertadamente el espacio disponible y adecuar la explotación  al motivo elegido. 

Del diseño del espacio y su credibilidad como ambiente ferroviario no vamos a tratar en este momento ya que lo he comentado en "Una maqueta sencilla". En este caso vamos a centrarnos en las condiciones necesarias para la explotación ferroviaria en ese ambiente elegido.

La explotación real de una red de ferrocarril es un proceso complejo, imposible de reproducir como tal para su utilización en una maqueta. Deberemos simplificar y eliminar multitud de normas y operaciones que se dan en la vida real, pero que carecen de significado en el mundo del modelismo. Pasemos, por tanto, de todas esas cosas que alguna vez habréis leído sobre etiquetas para vagones, tonelaje para convoyes, limitaciones de esfuerzo para locomotoras, etc, etc. No tiene ningún sentido el extremar las condiciones de la explotación hasta ese punto. Ahora bien, el que considere oportuno utilizarlas está en su derecho y no seré yo quien se lo niegue.

En función de la instalación deberemos generar los movimientos que vamos a tener, los horarios y la composición de los trenes. Se trata de crear una operativa de funcionamiento que nos permita divertirnos de una forma acorde con la realidad. Vamos a ser varias personas en una. Maquinista, jefe de tren, factor, jefe de estación, guardavías, etc, etc. Daremos por supuesto que conocemos los Reglamentos que nos afectan y trataremos de organizar nuestro tráfico con unos requisitos mínimos de organización.

En la Parte 2 veremos las condiciones necesarias para operar con nuestros trenes. La escala de tiempos, la numeración de los trenes, el horario de llegadas y salidas, la ocupación de vías, entre otros conceptos elementales que necesitamos para poder organizar nuestro tráfico ferroviario.

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